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Capítulo II

Se inclinó hacia mí e intento besarme.

'Con que nadie iba a besarte hoy ¿eh?'  Pensé para mis adentros.

En el tiempo que él se acercaba para posar sus labios en los míos tuve tiempo de reaccionar, ya que él ya no me agarraba con tanta fuerza porque estaba seguro que iba a besarme salí corriendo, lo más rápido que pude, aunque sabía que no me iba a sevir de nada, aquel chico era fuerte y alto, sus piernas me atraparían en seguida y además no le habrá gustado que intentará escaparme, seguro que no pararía hasta conseguir lo que quiere.

Corría sin rumbo, me metía entre los coches, él era más rápido pero yo era más inteligente, aunque fuera veloz eso le despistaría y podría ganar tiempo, a lo mejor en ese tiempo aparecía alguien al que pedir ayuda.

'¡Mierda! Si tengo el móvil.' Me maldije por dentro por no haberlo cogido y llamar a la policía en lo que llevamos de persecución.

Justo en ese momento me agarró con fuerza rodeándome la cintura con los brazos y posando su cabeza en mi hombro.

"¿Quieres jugar?" Me susurró a la vez que me besaba en el cuello.

Sentí un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo empezando desde el cuello. No le contesté ni una sola palabra, ni siquiera le miré, sólo incliné la cabeza hacia abajo, claro, por eso iba tan lenta, con esos tacones que me había puesto ¿Cómo iba a correr?

Esto estaba llegando demasiado lejos, me encontraba en su coche y lo que era aún peor, íbamos de camino a su casa y no iba a saltar en marcha, iríamos a unos 100km/h, además él había echado el seguro a todas las puertas menos a la suya, tal vez era más listo de lo que pensaba, pero sólo tal vez.

Podría decirse que fue él quien me había obligado a entrar en su coche, pero una parte de mí no quiso oponer más resistencia a perder la opurtunidad de liarme con un chico como él, a pesar de que su ego estuviera por las nubes.

Había un silencio sepulcral y estaba claro que no sería yo la que hablara, mi cara  reflejaba mis sentimientos, es decir, que claramente se  podía ver que estaba enfadada.

Miraba por la ventana de aquel coche, era un land-rover ¿cómo habría podido comprarse un coche tan caro?, el barrio por el que pasábamos era de una zona vulgar y me apuesto una cena a que él no vive en uno mucho mejor. Seguro que era un traficante de drogas o algo de eso.

"No te hagas la dura, sabes que estás deseando pasar." Rompió el silencio con una media sonrisa. Yo sólo me dediqué a echarle una fulminante mirada.

Me abrió la puerta y me dio la mano para ayudarme a bajar del coche, tuve que tirar de mí para que cediera.

Había acertado, vivía en una casa de dos plantas más el garaje, pero aún así seguía sin estar situada en un buen barrio. Me quedé inmóvil frente a la puerta de su casa, todavía no tenía muy claro si quería entrar  o no, pero era consciente de que lo iba a hacer de todos modos.

"¿Te apetece una ducha?" sonrió mientras me guiaba al interior.

"Contigo no."

"Eres toda una rebelde." rió.

Odio que se riera y me sonriera, pero a la vez... Me gustaba.