Capítulo III

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"Y.. me gustan las rebeldes." Volvió a sonreír.

"Me has traído aquí obligada y ahora quieres que me desnude para ti, ja."

Tenso la mandíbula y rodeando con un sólo brazo mi cintura me atrajo hacia él fuertemente, con sus dedos me echaba el pelo hacia un lado y acercaba más su boca a mi piel.

"¿Vas a dejar de hacerte la dura en algún momento?" Susurró en mi oído.

No le contesté. Otro escalofrío, me aparte despacio.

"Venga, a la ducha."

"Que no quiero, joder." Rechisté.

Me agarró por debajo de la espalda y me elevó poniéndome sobre su hombro, yo pataleaba mientras él avanzaba hasta el baño, parecía enfadado.

Paró en seco y me puso de nuevo en el suelo de pie, se deshizo de su camiseta bruscamente y dio dos patadas al aire para librarse de sus zapatos. Tenía varios tatuajes, bastantes, todos de color negro y unas abdominales muy marcadas, también tenía dos marcas de nacimiento debajo de los pectorales, se bajo los pantalones quuedándose tan sólo con unos boxers negros ajustados delante de mí, por encima de la goma elástica que lucía la marca se aprecíaba la V claramente.

"Venga. Te toca." Dijo en un tono serio.

Negué con la cabeza.

"¿Prefieres que te la quite yo?" Sonrió.

Le mire fijamente a los ojos, claramente este chico no estaba de broma. Bajé la mirada al suelo, tenía las piernas cruzadas como una niña inocente después de haber hecho una travesura o perder su muñeca.

Lentamente me quité los tacones y subí la cabeza.

"¿Ya? ¿Eso es todo?" Pronunció burlesco.

Esperó una respuesta que no hubo y abrió el grifo del agua de la ducha, se quitó el resto de la ropa y entró.

Tenía a un chico tan atractivo como aquel sin ropa dispuesto a ducharse conmigo y yo no quería entrar ¿de verdad esto estaba pasando?

Tiró de mi mano para adentrarme en la ducha.

"Me da igual que no te quieras quitar la ropa ahora, lo acabarás haciendo."

"Cabrón."

Mire abajo, la tela del vestido se transparentaba, ahora entendía su media sonrisa.

Después de la ducha fuimos al salón, estuvimos sentados en el sofá, hubo menos silencio que antes, pero siempre para hablar del mismo tema.

"¿Y si te digo que soy virgen?" Pregunté.

"Pues te lo haré de tal forma que estarás una semana sin moverte de las agujetas." Guiñó un ojo pícarmente.

"Vale, no soy virgen."

"Lo sabía." Río. "Y también sé que te mueres de ganas por hacerlo conmigo, pequeña."

En ese momento acercó su boca a la mía, esta vez tarde más en apartarme. Se puso de pie levantándome por la cintura.

"No aguanto más." Dijo en un susurro y me volvió a besar arrancando mi vestido de un tirón, volví a intentar salir corriendo pero la puerta estaba cerrada.

"Shh, quieta" 

Me levantó apoyándome sobre la pared y obligada le rodeé el torso con las piernas.

"Podrías ponerte un condón por lo menos, que no quiero un hijo tuyo."

"Sabes que te encantaría." Sonrió. " Y a lo otro ya sabes la respuesta."

"Vamos que no." Afirmé.

"Exacto." Fueron las últimas palabras que dijo antes de deshacerse de mi ropa interior.

LMAO {Fanfic} {Spanish}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora