Todos somos capaces de hacer todo por la persona que amamos, hasta cierto punto de Rompernos para arreglar aquella persona.
-Ina Collenys.Una chica de cabello largo, lindo y chocolates se encontraba dibujando en su escritorio, escuchando música porque hacer algo sin la musica es hacer nada o hacer algo sin ánimo o inspiración.
Su mamá llamó mejor dicho a gritos a la chica, apesar de tener los audífonos en los oídos escuchó los gritos de su madre ella rápido guardó su dibujo.
─Diga!
Contestó la chica apesar de llevar viviendo cuatro años junto a su madre su madre la obligó a ser respetuosa, tener buena conducta y tener modales.
Ella al no escuchar lo que la madre quería se dirigió donde ella, sin reproche sin nada sólo con su cara normal.
─Quiero que vayas al Mini súper que está en la esquina a comprarme un paquete de sal y cómprate algo para ti.
La Sra. Collenys le entregó el dinero suficiente, pero Ina estaba algo confundida... ¿Comprar? A ella nunca la había mandado, miró el dinero y se dirigió a la Supuesta tienda, si no antes buscar su celular con los audífonos, se colocó las zapatillas y se dirigió a comprar la sal.
Sus manos Temblaban del frío, Pero eso obtenía por complacer al cuerpo de la calor que hacía, olvidó el frío que sentía cuando vio pasar a una chica de cabello largo y chocolate que brillaba por la luz del sol, haciendo que se viera amarilloso, La chica iba algo rápido mientras jugaba con sus manos, Detrás de ella le seguía una pequeña gata.
La chica parecía adorable pero lo que el no sabía era que ella Era todo menos adorable... la forma de ser de la chica le llamó la atención así que decidió seguirla como si fuera al mismo lugar que ella iría, aunque en realidad no sabía cuál era, la chica entró al Mini super al igual que el, la chica saludó con un "Buenas" el cual fue contestado con una sonrisa de muchos, el hizo lo mismo pero lo único que recibió fue un ¿Quieres otra paleta gratis? Ya sabes donde están Del que parece dueño de la tienda, la chica no pudo evitar reír bajo por lo ocurrido y se dirigió a buscar la sal, el chico al ver que la chica no encontraba lo que ella quería se dirigió a ayudarla.
─Hey! ¿Te ayudo en algo─Preguntó el chico algo curioso.
─Pues.. Busco la sal... ¿Sabes donde están?─ﹰﹰContesto la chica algo tímida.
El chico sonrió, le agarró la mano a la chica para guiarla a donde se encontraba la sal la chica al principio se asustó porque nadie le había agarrado así.
─Aquí están!─Contestó el algo orgulloso por simplemente saber donde estaba la sal.
─Gra-Gra... Gracias..─Dijo la chica sonriendo aunque algo tímida.
─No hay de que.
El chico fingió que ya se iba, ella buscó la sal que usa su madre, la agarró, buscó en el refrigerio Una soda de manzana y busco una galleta, su favorita, oreo.
Sé dirigió a la caja para pagar, sobró más de lo que ella pensaba así que decidió comprarle algo a su gata, se despidió del cagero con un gracias para dirigirse a su casa.
Mientras camina sentía que alguien le seguía como anteriormente había sentido, pensó en Meowana pero recordó que esta estába al lado de ella.
¿El chico?
Pensó la chica, pues cuando había pasado por el parqué ella había visto al mismo chico que había llegado al Mini super, el mismo chico que le había ayudado a buscar la sal sin previo aviso se giró y encontró al chico detras de ella.
El se asustó, había sido descubierto, pero empezó a actuar como si nada había pasado y seguía su camino a su supuesta casa el cual quedaba en dirección contraria.
─Emm... a-a ahora... Que- Que quieres?─Preguntó algo tímida
─Pues la verdad Nada.. ¿Que voy a Querer?─Preguntó el chico quedando frente a ella.
─Pues... Pues me estás... me estás siguiendo.. no Que-que habías salido pri-primero que yo?─Dijo ella mirando al parque donde chicos juegan, chicos de su clase el cual ella no conoces ninguno.
El chico se sorprendió no sabía que decir lo había descubierto, miró donde ella estaba mirando, al ver a los chicos jugando le vino a la mente.
¿Está No es la chica que veo sólo clases?
La pequeña Gata se se acostó en los pies de la pequeña chica haciendo que volviera a la realidad, ella miró al chico buscando una respuesta, pero por lo que demoró se decidió dirigirse a su casa, lo único que hacía era perder el tiempo.
La gata se levantó para seguirla, el chico reaccionó para darse un buen golpe en la cara por no haberle respondido a la chica, corrió a donde ya se encontraba la chica.
Sí que camina rápido.─Pensó el chico para después llamarla por su nombre cosa que hizo sorprender a la chica.
─Espera Ina Collenys!!
La chica no se detuvo, el chico por fin pudo estar a su lado.
─Te empecé a seguir porqué me parecía conocida... pero luego recordé que eres Ina Collenys la chica que sólo veo en el colegio...─La chica bajó un poco la velocidad, lo cual el chico y la gata agradecieron.
─¿Y tú eres?─Preguntó La chica sin mirarlo sólo miraba al frente.
─Meiro Llađreima.─Contestó algo comfundido Están en el mismo colegio, mismo grado ¿porque no lo conoce? El chico quedó extrañado.─Oye somos Del mismos Curso ¿porqué no me reconoces?
─Vo-voy al colegio a estudiar a aprender no a re..relacionarme.─Dijo la chica algo constante.
─Hey! Pero ¿no tienes amigas...? ¿amigos?─Dijo el chico algo divertido.
─¿Que-que cosa es-es eso?
─Pues lo que tu y yo somos..─Dijo el chico sin vacilar.
─Ja-ja-ja...─ Se hecho a reir algo sarcástica.─Tu y Yo sólo somos Com-Compañeros...- Dijo mientras miraba así otro lado.─Aquí vivo.
Dijo La chica mientras se detenía en una casa muy grande.. el chico sé quedó sorprendido esa casa parecía una mansión, el chico sólo exagero.
─Bueno Chao nos vemos mañana en clases─Dijo el chico con una sonrisa.
Esa sonrisa ya le estaba molestando a Ina pero intentó no tomarle importancia sólo sería por hoy y por el restó de día de clases que le tocaba verlo, ella conocía los rostros pero no sus nombre e igual ignoraba conocerlos para qué serviría.
─Si.. co-como sea, A-adios.
La chica entró a la casa y le dio la sal a la mamá mientras le contaba lo que le había ocurrido, la mamá se hecho a reir por lo que le ocurrió al chico con el "buenas" ella le dijo que era un compañero de clases el cual no reconocía, también le entregó lo que sobraba y le dijo que le había comprado algo a su gata.
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Decírselo a Cupido.
Misterio / Suspensotodos somos capaces de hacer todo por la persona que amamos, hasta cierto punto de Rompernos para arreglar aquella persona. -Ina Collenys. Sus manos Temblaban del frío, Pero eso obtenía por complacer al cuerpo de la calor que hacía, olvidó el frío q...