Solamente un Sueño.

Parte 6: Úrsul.

Parte 6: Úrsul.

Samantha y Duddle calleron encima de un montón de ramas y arbustos. Samantha obsevó que Duddle se encontraba sin conocimiento e intento despertarle sin logro alguno.

-Despierta, Duddle, por favor...- le dijo la chica al oido al dragón.

-No te molestes en depertarle- dijo una voz grave e inquietante.

De entre las sobras salió un hombre que llevaba puesta una larga túnica color berenjena.

Su pelo era grasiento y largo, de color negro con numerosas canas. Sus ojos color negro se dirigian directamente a los ojos verdes de Samantha. Su cara tenía varias arrugas situadas por encima de la frente y en las comisuras de los labios.

-¿Qué quieres?,¿Quién eres?,¿Por qué nos atacas así?- bombardeó Samantha al extraño con estas preguntas.

-Me llamo Úrsul, soberano de las tierras de Sires. No quiero nada, es todo lo contrario ¿que quieres tú entrando asi en mi imperio?

-No hemos hecho nada malo entrando aqui este es un imperio libre ¿o eso creo? pero lo que más me molesta es por qué nos has atacado...¿¡Qué haces!?

Úrsul se estaba hacercándo a Duddle con una daga en la mano. Samantha corrió hacia él y le atacó por la espalda. Úrsul la derrivó de un solo manotazo haciéndola caer a suelo. El poderoso hombre junto sus manos y de ellas salió una bola brillante de un color verde, trás hacer aparecer esa bola de luz se dispusó a lanzársela a Samantha. Samantha se cubrió la cara y recordo algo...

«Tu fuerza interior es la misma que cuando tenías 8 años, Sam»

Samantha se propuso hacer lo mismo que hizo el misterioso hombre. Juntó sus manos y las fue separando pensando en lo mucho que sentía que Duddle estuviese en ese estado. Abrió los ojos y se dio cuenta de que en sus manos se había formado una pequeña bola de un color rojo brillante.

Samantha la lanzó hacia Úrsul y este se evaporó en el aire gritando y con un leve puf!

La joven corrió hacia Duddle que seguía incosciente en el suelo y observó que sus escamas comenzaban a cambiar y que su largo cuerpo de dragón comenzaba a empequeñecerse, todo su cuerpo brillaba, un gran haz de luz azul cegó a Samantha y cuando volvió a abrir los ojos contempló la silueta de un anciano vestido con una túnica lila, con largo pelo y barbas de un blanco perlado tumbado en el lugar donde antes se encontraba Duddle.