Parte 9: La adaptación.
Samantha se despertó de su mullida cama, se levantó y comprobó si el baúl se convertía en un armario, o no. Lo situó en el suelo, lo puso en pie y de repente aumentó de tamaño hasta convertirse en un armario.
La joven se quitó el pijama, cogió una toalla, ropa limpia y el uniforme y se dirigió a las duchas ella sola.
Samantha bajó las escaleras de la habitación y echó un vistazo a la desierta sala. Se dirigió hacia la puerta del baño de las chicas y se metió en la ducha.
Después de ducharse se miró en el espejo con el uniforme y vio que le sentaba muy bien.
Samantha salió de la sala y se dirigió unos quince minutos antes de lo normal hacia el comedor. En los pasillos había pocos estudiantes, la chica continuó andando hasta que llegó a la gran puerta dónde se encontraba el comedor.
Estaba vacío, había muchísimas mesas perfectamente colocadas, Samantha se sentó en la mesa de los alumnos de primer año y apareció una mujer regordeta que le preguntó:
-Hola pequeña, ¿has madrugado para que te toque la mejor parte eh?
-En realidad es que no podía dormir más, ¿que hay para desayunar?-respondió Samantha.
-Lo que tú quieras, aqui pides lo que quieres y lo comes, fácil ¿no?-dijo la mujer con una alegre sonrisa en la cara.
-¿Y a quién se lo pido?- preguntó algo despistada.
En ese momento entró un estudiante en el comedor y gritó al aire: ¡Dos tostadas con mantequilla y mermelada, un vaso de chocolate caliente y zumo de naranja, porfavor!
Una bandeja de plata apareció en el lugar en el que el chico estaba sentado.
-¿Ves que fácil?-le dijo la mujer- Venga ahora prueba tú.
-¡Cereales de chocolate, un zumo de piña y uva y leche, porfavor!
En la mesa, justo delante de ella, apereció una gran bandeja de plata con todo lo que ella había pedido.
-¡Samantha!- la voz de Anya sonó en el comedor acompañado del barullo de muchos estudiantes que entraban de golpe. Se oían muchos pedidos de los estudiantes y cada uno recibía lo que había pedido.-¿Por qué no nos has esperado esta mañana?
-Me levanté temprano y no quería molestaros!
-Bueno, eso está bien- dijo Max con una sonrisa en la cara.
Los tres se empezaron a reír y a hablar mientras desayunaban. Anya le explicó a Samantha las clases que tendrían a continuación los tres amigos, mientras que Max le contó los lugares donde no se podía ir, que eran todos los exteriores del colegio.
Los tres estudiantes decidieron ir hacia su próxima clase, que era Figuración, la cual se trataba en lograr convertirse en un animal o en algun objeto.
Cuando llegaron a la clase Samantha se fijó en la profesora Rosalía, la cual le había acompañado al despacho del director, sentada en la silla detrás de una mesa llena de libros.
-Sentaros en silencio, a continuación os repartiré vuestros libros para practicar esta asignatura.
Los estudiantes se sentaron y Rosalía con una palmada hizo levitar los libros y se fueron entregando uno a uno a sus dueños, todo esto con las miradas de asombro de los alumnos y las bocas abiertas de otros.
Samantha estaba feliz, había encontrado su sitio y esperaba aprender todo lo posible.
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Solamente un Sueño.
Viễn tưởngSamantha, una joven valiente no sabrá lo que puede llegar a hacer hasta que una noche sueña con su poder y esto la embarcará en una emocionante aventura llena de magia, poderes y misteriosos personajes.