Por Catherine.

Capitulo 1.

Hola, mi nombre es Catherine y tengo 14 años. Mis padres me mandaron a un manicomio a los 12 años. Mi padre cree que estoy loca. Mi madre cree que estoy loca. Mis hermanos creen que estoy loca. ¿Me estoy volviendo loca?

Me dirijo a mi habitación en el pasillo D5, puerta D5-3. En esta área viven los adolescentes, aunque solo quedan pocos. Mientras camino noto un escalofrío en la espalda. Demonios. Ellos se acercan y tiran de mi cabello.

-¡Vayanse!¡Sueltenme! -grito.

En ese momento llega una enfermera que no logro reconocer, mi vista esta nublada por las lágrimas. Ellos me pisan.

-¡Dejenme!

La enfermera saca una jeringa y la incrusta en mi brazo.

-Demonios -susurro- Demonios...

Me levante y estoy en mi habitacion. En mi brazo sigue el pinchazo de la jeringa. Mi habitación es toda blanca, con mi cama en el medio, una ventana al patio al lado de mi cama, un armario con tres conjuntos de mas para estar y hacer ejercicio, y una puerta que se dirige al baño. Me levanto, voy hacia alli y me miro al espejo. Soy castaña claro,  tengo los ojos color miel y soy pálida como la nieve, como solía decir mi madre. Veo mis manos, en una se encuentra un reloj, lo único que me dejaron conservar, y en la otra una pulsera que indica que soy paciente.

Luego de lavarme la cara salgo al pasillo y allí encuentro a Sophie. Ella tiene el pelo corto, rubio y ojos celestes. Ella se encuentra aquí por que en vez de sentir demonios, como yo lo hago, ella los ve. Sus padres la dejaron el verano pasado, cuando volvían de vacaciones y ella sufría ataques epilépticos, en los que veía las peores cosas que podrían imaginar, para la luego desmayarse.

-¡Sophie! -le digo.

Ella se sobresalta y se da la vuelta.

-Hola Cath.

-¿Quieres ir afuera?

-Seguro.

Nos dirigimos al patio, donde hacemos ejercicio pero cuando salimos nos detenemos.

Afuera hay un chico. En los columpios. Vemos su muñeca. No hay pulsera.

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