Capitulo 16

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Narra Laizan..





        Es estupido de mi parte querer sentir algo en aquellos momentos, mi parte humana a muerto como probablemente muchas de las cosas que en mi interior guardaba. Aquella imagen bien construida en el medio del podio, tan unica y extraordinaria, sostuve mis manos y la observe cada parte, detalle, me detuve en sus ojos, quice que el dolor llenara mis huesos pero tampoco sucedio.


A mi espalda la voz de un hombre fuerte y profunda me saco de mis pensamientos. - Tu no eres de por aqui, jamas te habia visto. - al girarme descubri una imagen totalmente extraña a mi. Vestia de negro y su sonrisa me recordo a la de Raziel. 


Asiento mirando el crucifico que carga en el cuello con orgullo signo de que el si creia en un Dios pleno y amoroso. Me lo estrujaba en el rostro cuando sonreia y lo sostenia como si con aquello pudiera salvar su vida, como si con la fe, tu viera el camino directo al cielo o mas bien a las puertas de Dios.


- Buscaba respuestas padre - respondo, la sonrisa desaparece.

- Las has encontrado hija.


Niego la sonrisa en mi rostro es tan vacia como lo es su perfecta fe. - es dificil encontrar respuestas en una casa profana. - espeto de la nada y muerdo mi lengua al entender lo que de mis labios habia salido.


Carcajea, - Arodillate hija por que has pecado - levanto la mirada a la imagen de porcelana. 


- ¿Por que arodillarme me hara creer en un Dios usurpador? - su frente se frunce - ¿Aferrarce a ese collar de cemillas, arodillarce, obligar a los demas a orar cuando cometen pecado eso lo llevara directo al Paraiso? - se queda mudo - lo lamento padre no existe el Paraiso, y ese al que tanto adora y honra se burla en su cara, ese al que todos vienen a venerar no es su Dios.


Levanta las manos en mi direccion y comienza a rezar, como si estuviera loca o poseida, en esos momentos desee poder estarlo. Doy un paso atras y le muestro mis manos abre los ojos sorprendido, observando el mapa que muestra el camino a aquellos a los que debo proteger.


- Imposible - se persigna. Sonrio no me toca no se lo permito, pero le doy el suficiente tiempo para que observe algunos de los nombres. - ¿Que eres? - me mira tocando su crucifijo con fuerza buscando la manera de encontrar alguna contestacion logica.


- ¿De verdad cree que es Dios?- señalo la imagen frente a nosotros que esta rodeada de oro puro, asiente ahora no tan seguro. 


- ¿Si ese no es Dios, quien es?


Me quedo callada y mirando aquel rostro demaciado perfecto, Uriel quien me mira desde la altura con unos ojos reveladores. ( si no hubiera un Dios, habria que crearlo ) 


Respiro, asiento y me marcho escuchando de fondo los gritos del padre intentando descubrir quien es la persona que tanto adora.


Cuando el viento frio azota mi rostro, me encuentro Perdida, mirando las calles sin un rumbo fijo, deseando no ser tan estupida para creer que Uriel seria diferente, me quedo quieta junto a la multitud de personas, mirando una nada que para mi no tiene solucion. A lo lejos, un chico me mira, lo observo, no veo su rostro, pero los cuernos que sobre salen de su frente me aseguran que Roma es el lugar adecuado. 


- Luzbel...


Corro deprisa hacia el, se queda inmovil biendome avanzar, cuando veo su rostro desaparece como el polvo, respiro agitada, busco a mi alrededor la soledad cubre las calles.


Paso horas observando mis manos, el nombre de Uriel cada vez se aleja mas, llega un punto en que desaparece, Luzbel se mantiene en movimiento. Me levanto cansada y me concentro en mis alas que ya no aparecen, presiono con fuerza, observo mi espalda en el espejo nisiquiera hay una cicatriz.


Buscando respuestas pasan los meses, mientras camino una vez mas por las calles de Roma, frente a mi cae un angel, sus alas me ciegan momentaneamente, doy un paso atrás, el brillo de su espada me hace mirar su rostro buscando respuesta alguna. 


La espada no es para mi, mas bien asegura la zona para que aterrice con seguridad Raziel. Cuando me mira, siento unas ganas inmensas de abalansarme contra el, arancarle sus alas, y desmenbrar su cuerpo, me contengo.


- Laizan ... - Aquella voz es tan familiar, es como una cancion demaciado popular y Antigua como para olvidarla. - sigues siendo tu. - da un paso al frente y acaricia mi rostro, levanto mi mano y sostengo su muñeca con demaciada fuerza se torna negra y lo escucho gritar niego y la suelto .


- No me toques. - advierto


Asiente alejandoce - padre a muerto - aprieto los puños - Uriel lo ha matado.


En el cielo se acumulan los cuervos - lo lamento. 


Niega - No lo entiendes cierto - sonrie molesto - no eres la unica, con padre muerto, las almas oscuras se alzaran proclamando su lugar.


- ¿Que lugar?


- El lugar que les fue arebatado junto al trono, tu lugar es al lado del nuevo Dios, tu le sirves Laizan proteges a Uriel para que nadie lo lastime.


Los recuerdos de mi madre se presentaron en pequeños fracmentos, aquella historia que habia cambiado mi destino para siempre.


- Luzbel era un Alma oscura... - susurro apretando los puños al darme cuenta lo que significaba ser su alma, Luzbel no habia roto ningun vinculo mas bien lo habia intensificado mucho mas y Dios lo sabia por ese motivo habia reido como un loco.


Raziel asiente mirando mis ojos al entender que habia descubierto lo que intentaban ocultar.


- Cuando Luzbel te hirio provoco un cambio, que nadie mas vio, hasta que abriste los ojos. - sonrie con tristeza - descubri el por que siempre fuiste perfecta para el Laizan, solo basta mirarte, eres igual a el antes de que cayera, tienes la mejor parte de el en ti. Ahora tu lugar es junto a Uriel, debes arodillarte junto a el y servirle como una vez Luzbel lo hizo en las puertas de Dios.


- Las puetas de Dios no existen - me mira 


- Es un mundo diferente Laizan, Uriel se ha encargado de borrar todo rastro del pasado.


Niego recordando el rostro de mi madre - soy la prueba de que ese mundo llego a existir Raziel, Jamas me arodillare ante ningun Dios...










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Alma Oscura... #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora