Sala 2: Orgullo, Prejuicio y Zombis.
Las personas que llegaron a esta sala fueron Yukimura, Kinako, Meia y Gillis, el inconsciente.
—Vaya, no había visto tanta confusión desde que anunciaron una avalancha en mi escuela —comentó Yukimura.
—No te preocupes, ahora me tienes a mí —dijeron dos voces femeninas, una a cada lado de Yukimura.
El chico de Hakuren sintió con horror como sus brazos eran fuertemente sujetados, observó hacia los lados y vio a Kinako sosteniendo su brazo derecho y a Meia agarrando su brazo izquierdo. Nadie estaba ahí para ayudarlo, exceptuando a Gillis, pero él seguía inconsciente y además se encontraba sentado junto a Kinako. Ahora ¿Cómo sabía Yukimura que aquel era Gillis? Fácil, Meia se había estado quejando desde hace horas sobre que Gillis la abandonó.
—Cariñín, creo que tienes un parásito en el brazo izquierdo ¿Quieres que te lo quite? —dijo Kinako sonando... ¿amenazante?
—Dulzura, no dejarás que esa lagarta me insulte de esa manera ¿cierto? —habló Meia intentando fingir inocencia—. Y dime lindura.
—¿Cómo puedes ser tan sínica? —saltó Kinako—. Tu novio está sentado aquí al lado mío —agregó señalando a Gillis con su pulgar.
—Ese traidor me abandonó —se lamentó Meia haciéndose la dramática—. Pero el destino ha decidido que yo vuelva a tener pareja y no voy a dejar que ninguna otra lagarta me lo quite.
—¿Chicas, qué tal si me sueltan los brazos y resolvemos esto como personas civilizadas? —propuso Yukimura—. Además, la película va a comenzar pronto.
—No —negaron las dos chicas.
Antes de que Yukimura siguiera suplicando, la película comenzó después de unos cuantos comerciales con mensajes subliminales. El largometraje empezó mostrando el recorrido por una casa totalmente destrozada, con las paredes llenas de sangre y varias personas mutiladas por el suelo, entonces se escuchó una voz que decía "Es una verdad universalmente reconocida que un zombi que tiene cerebro necesita más cerebros...".
La escena siguiente mostraba a una chica que destrozaba cabezas de zombi con un hacha. Yukimura se encontraba más blanco de lo normal viendo la película, si se hizo amigo de chicos de Raimon, como Kirino, fue porque él también sentía pavor por las películas de terror.
—¿Te encuentras mal, Cariñín? —le preguntó Kinako—. Te veo muy pálido.
—Tal vez le estás dando nauseas —atacó Meia.
Kinako la miró fijamente y en un acto de maldad pura... le mostró la lengua, haciendo que Meia se sintiera totalmente ofendida. Unos cuantos de sus cabellos empezaron a levitar y para sorpresa de muchos, un paquete de palomitas cayó sobre la cabeza de Kinako.
—¡Lo hiciste apropósito! —recriminó Kinako soltando a Yukimura para sobarse su adolorida cabeza.
—Yo no he sido —mintió Meia fingiendo inocencia nuevamente.
Yukimura, el cual misteriosamente se había recuperado del shock de ver escenas con sangre, por fin hizo algo.
—Meia, no debiste haberle hecho eso a Kinako —regañó Yukimura sorprendiendo a muchos espectadores que estaban viendo su situación y no la película.
Meia se estaba empezando a enojar, nadie le podía decir que no podía golpear a alguien. Cuando la situación realmente comenzaba a verse peligrosa, con Meia levitando por sus poderes psíquicos... Gillis despertó.
—Mi cabeza... mi hombro... mi codo... ¿Dónde estoy? –Se quejó Gillis mientras se sobaba las partes ya mencionadas.
El chico miró a su alrededor y pudo ver cómo muchos objetos levitaban alrededor de lo que parecía ser... ¿Meia?
—¡Oh, Kinako! ¡Creo que este es el fin! —dijo Yukimura, el cual abrazaba a la castaña.
—¡Qué lástima que no pudimos pasar más tiempo juntos! —se afligió Kinako.
—Tal vez sólo hayan sido dos meses, pero a pesar de todo... lo pasé muy bien —confesó Yukimura.
Kinako correspondía fuertemente el abrazo de Yukimura. Si este era el fin, al menos iban a morir juntos.
—¿Manzanita? ¿Qué estás haciendo? —interrogó Gillis en un tono muy interesado.
De inmediato, las cosas que levitaban cayeron abruptamente al suelo y Meia descendió de las alturas totalmente sorprendida y atónita.
—¿Gillis? —preguntó Meia sorprendida.
—Manzanita —dijo Gillis extendiendo los brazos.
—¡Gillis! —exclamó alegre Meia mientras se aproximaba hacia él.
—¡Duraznito! —volvió a llamar Gillis aún con los brazos abiertos.
—¡Gillis! —repitió Meia acercándose más rápido.
—¡Ciruelita! —nombró Gillis empezando a correr hacia ella.
—Gillis —pronunció Meia cortante y viéndolo fijamente.
—¿Manguito? —interpeló Gillis un poco asustado y bajando los brazos, deteniéndose en el acto.
—¡GILLIS! —vociferó Meia enojada con los puños apretados y a punto de alcanzar al ya mencionado.
—¡MIER...COLES! —gritó Gillis al tiempo en que se daba media vuelta y empezaba a huir.
—Creo que a Gillis se le antojó un coctel —comentó Yukimura sacando una risa por parte de Kinako.
Los dos juntos observaban tranquilamente el tierno espectáculo que se presentaba ante ellos. Gillis siendo perseguido por Meia, la cual le decía tiernas frases de amor como "¡Te voy a matar!", "¡Después te reviviré y te mataré de nuevo!", "¡Luego te reviviré de nuevo, te clonaré y mataré a todos tus clones!" y más frases por el estilo.
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El cine
FanfictionTenma y sus amigos tienen ganas de ver una película en el futuro. Los capitanes de Protocolo Omega y los otros quieren ver una película en el pasado ¿Qué pasará cuando los dos grupos se encuentren? Disclaimer: Inazuma Eleven y otras referencias son...