EXPEDIENTE 12_H18 (1)

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¿Mi historia? tiene muchos inicios, pero tiene el mismo final, con sus cuerpos regados por todos lados y fuego, mucho fuego. ja ja ja ja

Está bien, me calmaré, cómo no calmarse con un doctor tan sexy como usted, ja ja ja ja, muero por verlo envuelto en llamas.

Pero vine aquí a confesarme como si usted fuera un cura, seré una buena chica y contare todo.

Todo comenzó cuando tenía 12 años cuando incendié a un hombre en plena calle, amm no espere, mucho antes, cuando tenía 9 años, llegó un profesor nuevo para un evento de química, hizo varios experimentos pero el que más me gustó fue uno que explotó, solo con unas gotas de algo que lanzó al agua, me encantó tanto que cuando terminó toda la demostración fui a robar un frasco de lo que sea que era lo que lanzó, no sabía cuál de todos era, así que tomé varios y salí como si nada de la escuela como todos días.

Llegué a casa, si es que a eso se le podía llamar casa, una madre drogadicta y un padre alcohólico no eran la mejor familia ejemplar que digamos, la escuela era mi escape, fui a mi cuarto y comencé a pensar en la que sería mi primera víctima, no quería asustarla, quería matarla.

A la mañana siguiente, cuando terminaba de cambiarme para irme a la escuela escuché que alguien estaba en la ducha, fui a la cocina me puse unos guantes subí a una silla y tomé un vaso grande del lavaplatos y le vacié el contenido de uno de los frascos, abrí la puerta del baño con mucho cuidado, le puse jabón líquido a todo el piso, y muy rápidamente lancé el vaso sobre la cortina, escuché un grito, apagué la luz y cerré la puerta, solo escuchaba los gritos, golpes, el espejo rompiéndose y cosas cayendo dentro del baño, hasta que se escuchó una caída y vi como un hilo de sangre salía por debajo de la puerta, hasta que se convirtió en un gran charco, fui a mi cuarto, tomé mi mochila, metí los cuadernos que tenía regados en la cama y un par de frascos de químicos, fui a la parada de autobús donde me buscaba la ruta y allí estuve parada, sin sentir en menor remordimiento por asesinar a mi propia madre minutos antes.

Le contaría como provoqué el incendio del laboratorio de la escuela ese mismo día, asesinando a 25 alumnos y al nuevo maestro dentro, pero eso me aburre, aunque si me trae un café con tres de azúcar le cuento todo con lujos y detalles.

¿Sabe doctor? además de atractivo, sabe escuchar, me matan los hombres así, nos vemos en nuestra próxima cita, guapo.

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