Unas copas de más. (Stony)

VIII

Debía hacer algo y debía hacerlo rápido.

Me dirigí al bar mas cercano, necesitaba sacarme el sabor de su beso, necesitaba ahogar ese recuerdo en alcohol y simplemente olvidar todo lo sucedido esta noche.

Pasaron las horas y junto a ellas las botellas, perdí la noción del tiempo después de la tercera ronda, o quizá fue la cuarta, realmente no recuerdo, una chica me había estado observando desde que entre ¿realmente estaba dispuesto a recrear la rutina monótona de siempre? ¿cuan bajo podía seguir cayendo? Ella se percato de mi mirada y se acerco a mi con paso coqueto, tenía una sonrisa cautivadora, sus ojos celestes reflejaban una mirada profunda y su cabellera rubia resaltaba las facciones de su rostro, me resultaba extrañamente familiar.

Tomo asiento a mi lado sin dejar de sonreír, pidió una copa de vino y repentinamente me sentí en un dejavu, se giro hacia mi y cruzo una pierna sobre la otra.

-Stella, un placer conocerte -estiro su mano con delicadeza, la estreche por cortesía sin saber que estaba pasando

-Tony, el placer es mío

-Vaya, me sorprende que aun recuerdes tu nombre después de tanto alcohol

-Es un don otorgado por satanás -me levante de mi asiento y saque mi billetera- Ha sido un día muy largo, pero un gusto conocerte

-Me gustaría que nos conociéramos mas -rebusco entre su bolso y saco una tarjeta que rápidamente extendió hacia mi- Mantente en contacto, Tony

Salí del bar y me dirigí hacia el único lugar donde sabia que podría sentirme mejor. La casa de Pepper Pots.

-¿Tony? ¿Estas ebrio? -abrió la puerta con evidente enojo- Prometiste no volver a beber de esta manera

-Steve me beso -sus ojos se abrieron con sorpresa

-¿La nueva adquisición de Fury? ¿Ese Steve?

-Si, el Kent rubio y musculoso ese Steve, él me beso ¡Profano mis labios sin autorización alguna!

-Vaya -suspiro con sorpresa y me invito a entrar- No sabia que estuviera interesado en ti de esa manera

-¿Como no iba a estarlo? ¡soy irresistible! -deje caer boca abajo sobre el sofá con dramatismo

-Tony, ¿es por eso que te emborrachaste? ¿Steve te provoco algún tipo de sentimiento? -hizo una leve pausa y sentí una punzada en el pecho- ¿Te gusto, cierto?

Me quede inmóvil, con la cara pegada al asiento del sofá, sin decir una palabra tratando de meditar las palabras de Pepper. Me senté con lentitud y la miré por un segundo, mis ojos se llenaron de lágrimas y ella se sentó a mi lado

-¿Hay algo mal conmigo? -Mi voz se quebró. Era la primera vez que me vería llorar

-Cariño, no hay nada de malo en que te atraiga Steve, ¿acaso lo has visto? Lo malo sería que no te sintieras atraído hacia él

-¿Te cuento algo, Pepper? -ella asintió levemente sin despegar su mirada de la mía- Cuando era joven, papá me enseñó a su más grande orgullo, el capitán Steve Rogers, cuando vi la foto de ese rubio algo dentro de mi se encendió, sentí que mi estómago se encogía y que debía conocerlo. Cuando le dije a Howard cuánto me había impresionado Steve, él se enojo conmigo, discutimos y me golpeó, me golpeó tan fuerte y me dijo que quizá solo así se me quitarían esos pensamientos tan...

No pude continuar porque mi cuerpo comenzó a temblar, los recuerdos me invadieron y sentí que la respiración me faltaba, Pepper me envolvió en un abrazo

-Ahora entiendo, Tony, ¿por qué nunca me lo dijiste?

-No hay nada que decir -limpié mis lágrimas y restregué mis ojos- ¿Podrías olvidar lo que te dije, por favor?

-Tony nadie merece vivir siendo alguien que no es ¡eso no es vida!

-¡Es la vida que yo elegí! Es mejor así, créeme

-¿Qué piensas hacer? ¿Ignorar a Steve, fingir que ese beso no sucedió y seguir siendo alguien que no eres? No suena a un gran plan

-Le pediré a Steve que seamos amigos, no quiero alejarme de él, no quiero que me odie y tampoco quiero dejar de hablarle

-Tony, solo responde, necesitas decirlo en voz alta

La mire durante un segundo, no podía creer lo que estaba por decir, era la primera vez que diría algo como aquello en voz alta

-Si, me gusta Steve, me siento atraído por él

Sentí como las cadenas que ataban mi cuello hubieran sido desatadas por fin y todo el peso del silencio se hubiera desvanecido. Sonreí, sonreí honestamente por primera vez en mucho tiempo, se sentía bien decirlo y que alguien pudiera escucharlo, se sentía bien decirlo y no tener una batalla en mi cabeza en donde trataba de convencerme de ser alguien que no soy. Pepper sonreía

-Pero -de pronto mi sonrisa se borro- aunque siento algo por el rubio, no tengo nada que hacer al respecto, que lo haya dicho no quiere decir que algo cambiara. No puede cambiar nada realmente

-¿Qué piensas hacer?

Tome la tarjeta de Stella entre mis dedos y la mire fijamente un par de segundos, Pepper arqueo una ceja tratando de entender lo que sucedía.

-Creo que solo hay una cosa que puedo hacer. Necesito hacer una llamada