Dana daba vueltas en círculos a mí alrededor, giraba y luego volvía a rodearme. No estaba de humor para patinar, así que me disculpé con ella y me fui a sentar y esperar a que se cansara. Era el día siguiente al episodio en la playa, y Dana y yo habíamos ido al parque de la ciudad a patinar un poco. El calor me estaba sofocando, y ni siquiera la botella de agua que me bajé de un trago pudo calmar mi sed.
Aquella mañana Beau había intentado hablarme en el desayuno, pero lo ignoré olímpicamente; en el almuerzo Jai se ofreció a lavar mi plato y Beau casi rompe su vaso al dejarlo caer sobre la mesa. No sabía que le andaba pasando a ese chico, pero estaba segura que no iba a perdonarlo por lo de la noche anterior, o al menos no tan pronto.
Mi amiga había intentado sonsacarme información sobre el asunto, al notar la furia con que miraba a su primo, pero claro está que no quise contarle nada, aún no se me había pasado el enojo, y seguir hablando del tema haría que me hirviera la sangre.
Luego de un rato largo, una Dana sudorosa y sedienta se unió a mí en el banco y buscó desesperadamente agua para terminársela de un trago.
-Qué calor- dijo, jadeando.
-Ni que lo digas.
-No sé si voy a aguantar dos semanas, estoy tan acostumbrada al frío de casa.
-No me disgusta el calor- comenté estirando las piernas y comenzando a desabrochar mis patines.
-Los chicos sin camisa lo compensan todo- Allí estaba la amiga que conocía, no podía evitar hablar de chicos ni porque le pagaran.
-¿En serio esa es tu única aspiración en la vida?
-No, tengo muchas…
-¿A sí?- dije, irónica.
-¿Vas a decirme por qué Beau y tu ya no se hablan?- Dana había sacado el tema tan a la ligera que al escucharla se me cayó el patín en un dedo y me hizo gritar de dolor. Dana ni se había dado cuenta, me miraba como si me fuera a comer con los ojos- Vamos, escúpelo.
-¿Por qué siempre quieres saber todo?- contesté, mezquina.
-Porque soy tu amiga y tengo derecho.
Terminé de sacarme los patines, el último lo saqué con parsimonia, atrasando el momento en que tendría que levantar la vista y contestar a la pregunta de mi amiga.
-Anoche tuvimos un altercado- dije con un suspiro.
-¿Se besaron?- Los ojos de Dana brillaban de emoción.
-No. Todo lo contrario.
-¿Eh?
Le conté todo lo que había sucedido. Al terminar, me la quedé mirando esperando una respuesta. Su actitud del día anterior me había dado a entender que sabía algo que yo no, pero no pudo decírmelo porque Beau nos había interrumpido. Al pensar en él un sentimiento de angustia recorrió mi pecho.
-¿No vas a decirme nada?
-No creo que sea yo la que te lo tenga que decir, así que por mucho que me cueste- Puso una cara de dolor fingido- , y en serio me cuesta, no voy a contártelo.
-¿Contarme qué?
-Nada, ignórame- Dana se sacó los patines y comenzó a caminar hacia el auto que estaba aparcado a una cuadra fuera del parque.
-Dana, no me dejes así con la intriga- farfullé colérica, siguiéndola a paso rápido.
No pude sonsacarle información en el camino a casa, pero sí le taladré los oídos con una regañina a modo de venganza; lo peor que me podían hacer era dejarme con la intriga, una persona curiosa como yo no soporta no saber de qué van las cosas.
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Estábamos destinados
FanfictionEl amor crece entre dos personas totalmente diferentes; un mujeriego empedernido y una rebelde con causa. Las vacaciones de verano que Mikela había pensado que pasaría junto a su prima se convirtieron en el escenario donde todo comenzó. Su atracció...