Capítulo 9

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"¡Necesito un héroe! para salvarme ahora... 

¡Necesito un héroe! para salvar mi vida"


Mackenzie

Comienzo a morder mis uñas, caminando de un lado a otro; la lluvia cae cada vez más fuerte, y aunque me encuentro en el corredor; este tiene techo y hay un par de muebles de cuero en los cuales podría dormir cómodamente, no consigo relajarme.

¿Cómo pude ser tan torpe?

Ráfagas de viento azotan mis costados, empapando parte de mi cuerpo; abro mi boca y levanto mis brazos exaltada, siento la helada agua chocar con mi piel una vez más.
Ahora todo el corredor se encuentra empapado, incluidos los muebles de cuero negro, que por un momento consideré en recostarme, pero ahora no.

Me pego de costado a la puerta, como si esta fuera a cubrirme de la lluvia y proporcionarme calor.

Abrazo mi cuerpo que comienza a temblar, mis piernas están entumidas, trato de moverme, pero siento que pierdo fuerzas, el frío me está matando.

Me agacho con esfuerzo hasta el bolso que yace en el piso, no recuerdo haberlo soltado, quizás lo hice inconsciente, y ahora está escurriendo agua.

¡Mi teléfono!

Rápido lo saco y éste está empapado, trato de prenderlo, pero no responde, me desespero.

Otra ráfaga de viento me azota, basta!
Me dirijo a las ventanas, comienzo a tocarlas y golpearlas para percibir si alguna de ellas está abierta, pero no; para mí buena suerte, están cerradas.

Y lo que no quería hacer... Comencé a llorar, llevé mis manos halando mi propio cabello, tal vez parece estúpido llorar por esto, pero me siento demasiado impotente, estoy enojada y... Tengo miedo.

Camino hacia la puerta de nuevo, solo que esta vez comienzo a golpearla.

—¡¡Dylan!! — grito entre el llanto, desesperada sigo tocado la puerta fuertemente.

Otro relámpago.

—Dylan ¡por favor! — vuelvo a gritar con todas mis fuerzas, sacudiendo la puerta desde la cerradura.

Imágenes llegan a mi cabeza, solo puedo pensar en el cadáver de mi madre en el piso rodeado de sangre. ¿Por qué justo en este momento pienso en eso?, sollozos salen de mi boca. No puedo entender el miedo que siento.

Otras imágenes se reproducen en mi mente, pero éstas no son recuerdos, jamás las he vivido.

Me estremezco.

«Una mujer joven igual a mi madre, se encuentra en compañía de un hombre, cabello azabache, ojos verdosos y una enorme musculatura. Él le entrega una cadena» rápido la imagen cambia a otra «de nuevo aparece la mujer y el mismo hombre, solo que están en otro ambiente, es frío y sombrío, ella se encuentra llorando; él toca su mejilla y con su pulgar limpia sus lágrimas, ella pronuncia una palabra, que casi no pude entender al principio, pero cada vez que pasaban los segundo era más claro entender, era un nombre, aquella mujer igual a mi madre acaba de nombrar al hombre que tiene enfrente: Ashton.» mi respiración se corta, tratando de detener las imágenes en mi cabeza, pero me es imposible; otra imagen aparece «Soy yo, me encuentro corriendo descalza por el bosque, el vestido de seda que llevo se enreda en una rama haciendo que caiga entre las rocas, provocando una herida en mis rodillas, siento los gritos de una mujer, es aterrador, como si estuvieran desmembrando su cuerpo y lo peor es que no se detiene. Me incorporo y corro hacia donde me lleva el sonido de los gritos. Salgo de entre los arboles encontrándome en un paisaje enjuto y seco, dejándome captar a unos dos metros a una mujer de corta estatura; su cuerpo se observa enclenque, sus rodillas sangran, esta lleva un vestido blanco de seda, que se encuentra roto como... Si se hubiera enredado con una rama; abro los ojos y retrocedo varios pasos, ella se gira dejando ver unos orbes carmín, su mirada es fría y vacía... Soy yo... Su cuerpo cae en el prado y rápido corro hasta ella, observo que en su pecho hay un profundo agujero, y ella ya no parece respirar; tapo mi boca con mis manos ahogando un grito, ¿Que está pasando? Una fuerte y diabólica carcajada me hace levantar la vista, mi corazón se detiene; hago fuerza por respirar, pues lo que veo es aterrador, una mujer con un aspecto sombrío y siniestro me observa; viste de negro con un velo en su cabeza, su cuerpo se ve escuálido, su cabello largo enmarañado y blanco, uñas enormes y amarillas, su rostro está deformado en la mitad.
Respiro entrecortado, el órgano cardíaco amenaza con salir, quiero correr, pero mi cuerpo no reacciona. Esa... Cosa comienza a acercase sin apartar su mirada diabólica de mí.
Mi cuerpo aún no reacciona, ruego para que esa imagen desaparezca.
Cada vez está más cerca. Cierro mis párpados temblorosos y cuando los abro la imagen ya no está» desaparece, dejándome el corazón en la garganta.

Gracias al cielo terminó.

¿Que era esa cosa?

—Tu peor pesadilla — una voz ronca y siniestra me paraliza.

Rápido me giro, esto es una pesadilla.
La mujer de la imagen se encontraba frente a mí.

Quedó en shock

Yo retrocedo lo que más puedo, con mi cara empapada por las lágrimas, una fuerte corriente me recorre el cuerpo haciéndome reaccionar.

—¡¡Dylan!! — Grito girándome y tocando desesperadamente la puerta.
Una sonora carcajada suena.

—Él no vendrá niña.

Mi cuerpo convulsiona por los fuertes lloriqueos, ruego para que esta mujer no me mate aquí mismo.

Vuelvo a girarme encontrando esos espeluznantes orbes amarillos. La mujer levanta una de sus manos sosteniendo... Un corazón.

Siento un enorme chuzón en mi pecho que me hace gritar de dolor, caigo al piso de rodillas, llevo mis manos a este, la cadena comienza a quemar segundos después, la arranco de mi pecho pensado que, si lo hacia el dolor se calmaría, pero me equivoqué, esta se aferra como una serpiente a mi muñeca.

A aquella mujer le causa gracia, escucho otra carcajada.

Suelto otro grito desgarrador que me quema la garganta, ahora es mi cabeza, el dolor es insoportable, como si clavaran mil cuchillos.
Aún con la cadena enredada en mi muñeca derecha logro ver que esta está de un rojo escarlata y cada vez quema más, intento soltarla, pero esta se aprieta más a mi muñeca.

Enredo mis muñecas en mi cabello golpeando la frente contra el piso, sollozando y suplicando que el agonizante dolor se vaya.

Siento una vez más una fuerte ráfaga de viento que me golpea.
Agotada, débil, mareada, adolorida; así me siento, él dolor comienza a disminuir poco a poco, mis ojos no dejan de observar el suelo
Sangre comienza a salir por mi nariz, maldigo en voz alta, quiero que esto termine!

Levanto mi rostro y ya no hay nadie. Temerosa de que aquella mujer regresara, trato de incorporarme, fallando los dos primeros intentos y el tercero siendo tomada por un par de brazos, no logro saber quién es, mi vista comienza a oscurecerse y luego me siento consumir por la oscuridad.

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2019 ⏰

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