No todos los días son lunes

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"Tomé mi mochila y salí corriendo de casa, no sabía para donde iba pero seguía corriendo."

Estaba cansado... quería abrir los ojos, pero el mismo cansancio hacía que mantuviera los ojos cerrados, aún seguía durmiendo. Empecé a escuchar que la voz decía mi nombre.

La voz me empezaba a hablar, quería seguir durmiendo pero cada vez escuchaba la voz más y más fuerte, hice mi mayor esfuerzo para poder abrir mis ojos, pero.. sólo logré ver entrecerrado, tan solo miraba la silueta de una persona pequeña, no sabía si estaba en un sueño o era real. Parecía que era un sueño de esos en los que no puedes despertar, ¿Tal vez mi cansancio era mucho? De repente la voz que había escuchado una vez se había ido, entonces justo en ese momento intenté abrir los ojos, Aún miraba entrecerrado, ¡Esto me empezaba a asustar! Hice mi mayor esfuerzo y ¡Por fin pude abrir mis ojos! Estaba en mi cuarto, parecía que no era un sueño como yo creía, simplemente mis ojos estaban muy cansados, me restregué la cara y luego a bostecé. De repente sentí un enorme balde de agua fría

-¡Ya levántate, ya es tarde y aún tienes que ir a trabajar!

Abrí rápido mis ojos y me empecé a restregarme la cara, miré sorprendido y era mi pequeño hermano.

-¿Qué día es hoy?

-¡Pues Lunes!

-¿Y entonces por qué no estás en la escuela? -Dije tranquilamente mientras me sentaba en la orilla de la cama.

-Pues tal vez porque... ¡Estamos en NOVIEMBRE!

-¡Qué! ¿Y qué horas son? -Mientras dije eso me levanté rápido de la cama y me fui a bañarme

-¡SON LAS NUEVE MENOS CINCO!

En realidad nunca había llegado tarde a ningún lugar y menos a mí trabajo, por lo que la preocupación era más grande.

Para acabar de colmos mientras me estaba bañando se me había caído el jabón como tres veces. Esto no me podía estar pasando a mí, ¿Por qué la alarma no había sonado? Mientras me bañaba pensaba en lo peor, pensaba en el regaño que me iban a dar, en ese momento empecé a pensar probables preguntas que me haría mi jefe al llegar al trabajo, seguramente me iba a preguntar ¿Por qué había llegado tarde? Y luego pensé lo peor, pensaba que me diría ¿Quieres que te despida? No sé por qué siempre pensaba lo peor cuando algo malo ocurría. Tal vez era para que cuando enfrentara a la realidad no me sorprendiera tanto.

Siempre fui de las personas que llegaban diez minutos antes, cuando esperaba a alguien y me daba cuenta que esta persona había demorado cinco minutos prefería irme, porque pensaba que nunca iba a llegar. La impuntualidad era algo que nunca había estado en mí, aunque mi mamá siempre decía que era mejor llegar tarde, "Ir temprano es una pérdida de tiempo, en este país tan impuntual" Esa era su frase.

Por fin salí de bañarme, salí en toalla, empecé a caminar lo más apresurado posible para mi cuarto, me cambié rápido, cuando me puse la playera me di cuenta que me la había puesto al revés, ¡No podía ser! no podía volver a quitarme la playera y ponérmela de nuevo porque iba a perder más tiempo, mejor me puse un suéter. Cuando me puse el suéter me vi en el espejo y en ese momento me di cuenta que el mismo tiempo que había usado para ponerme el suéter lo hubiera usado para ponerme bien la playera. Me puse los zapatos y salí corriendo de mi cuarto y me fui para la cocina.

¡Mi cuarto estaba hecho un desastre! y lo peor era que esta vez la cama estaba tan mojada, parecía una piscina, bajé las gradas rápido y me dirigí a la cocina, que estaba cerca de la puerta de salida.

-Parece que te levantaste tarde. -Dijo mi mamá con una voz tan tranquila.

-¿Se nota mucho? -Respondí con un tono sarcástico mientras me ponía la mochila.

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