"A veces hacemos planes para dos, pero sin saber que el destino solo ha pagado el asiento para una persona"
Me decía de nuevo mi mamá, ese mismo día por la tarde, cuando terminó de decir eso le dije:
-Intentas animarme, aun sabiendo que el golpe que he recibido me ha dejado una enorme cicatriz.
Mi mamá viéndome me dijo:
-Y entonces respóndeme tú. ¿Para qué es una cicatriz? ¿La cicatriz es para verla y aún sentirte adolorido por lo que una vez pasó?
Un rotundo silencio gobernó la conversación y de pronto mi mamá volvió a decir:
-La cicatriz es para que cuando la veas recuerdes lo que una vez pasó, pero no es para verla y vivir con ese dolor por siempre.
No quise seguir discutiendo y mejor me fui para mi cuarto, no quería saber nada de nadie, quería que por un momento, aunque sea por un momento no hubiera nadie en esta vida, que todos se fueran y me dejaran solo.
Entré a mi cuarto y le eché pasador a la puerta, me acosté en la cama y me quedé viendo fijamente para el techo, me puse a pensar en todo lo que había pasado el día de hoy, me recordé de esa frase que había en la lápida, en lo que me había dicho mi mamá y tal vez lo que ambas decían era cierto, tenía que empezar de nuevo, pero la pregunta era ¿Cómo hacer para empezar de nuevo? Mientras pensaba en eso me quedé dormido...
Vi a Lea que estaba en el aeropuerto conmigo, estaba tan feliz, cuando la vi sabía que ella ya no estaba conmigo, la abracé fuerte y mientras derramaba mis lágrimas le pregunté por qué se había ido.-Siempre he estado al lado tuyo, solo que nunca te has dado cuenta, te enfocas más en tu dolor que en lo que yo te diría en ese momento.
Cuando terminó de decir eso me volvió a decir:
Ya tienes que irte, tu vuelo se irá en unos minutos, ella estaba tan feliz, a de sir verdad ella brillaba y no era una metáfora, en realidad brillaba.
-¿Y tú no vendrás conmigo?
-Claro que sí, pero no me iré en ese avión
Estaba a punto de preguntarle en qué avión se iría ella para irme mejor con ella, cuando desperté del sueño.
Me recordé del boleto que había comprado hace unos meses atrás, una idea un poco loca se me estaba ocurriendo de repente.
Eran las 7:30 pm y aunque era temprano no se escuchaba sonido de nada, parecía que los grillos empezaban a cantar en un gran escenario y yo era el único que prestaba atención a su presentación. Me quedé acostado en la cama boca arriba, aún tenía los zapatos puestos, me puse las manos sobre la cabeza y me puse a pensar viendo para el techo, luego me levanté rápidamente y revisé de nuevo la caja donde tenía los boletos así que dejé uno encima de mi ropa que estaba en el closet y el otro lo guardé en la caja pequeña. Vacié las cosas que tenía en la mochila, en la cual tenía dos libros, los cuales trataban sobre viajes. Siempre me habían encantado los viajes, aunque no salía mucho de casa.
Metí la pequeña caja en la mochila y luego la cerré.-¡Ya vinimos! -Decía mi mamá con una voz muy contenta
Acababa de cerrar la mochila cuando mi mamá dijo eso, así que salí rápido de mi cuarto
-Me sorprendí de no verlos en casa. -Dije
-Fuimos al cumpleaños de tu prima Megan, a mí se me había olvidado que hoy era su cumpleaños y tu tía me llamó ya tarde, toqué la puerta de tu cuarto varias veces y no abriste, así que nos fuimos sin ti.
-Estaba un poco cansado y me quedé dormido.
Intentaba que mis nervios al hablar no fueran notorios, quién mejor que mi mamá me conocía mejor, y si notaba que tenía nervios iba a preguntarme hasta que yo le dijera todo, así lo mejor era que no le dijera lo que había soñado, y seguramente iba a saber lo que empezaba a planear.
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No todos los días son lunes
RomanceJosh, protagonista de la historia le va mal en todo su día lunes, hasta que al finalizar el día tropieza con la persona que parece cambiarle el día y la vida. Lea, una chica de cabello castaño y de ojos claros, tan hermosa que él se enamora al insta...