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Lo sabes

Respiraba hondo, siguiendo el movimiento acompasado de su corazón cuyo palpitar era tranquilo, sin prisas en bombear sangre por todo su cuerpo, drenando y limpiando.

No evitó el abrir los ojos, y sonrió.

Tord estaba feliz, satisfecho, agradecido. Por fin.

Después de su insistencia, por fin podía transmitir su esencia a través de las yemas de sus dedos recorriendo la piel que le pertenece desde que la proclamó. Puede apretar, pellizcar, besar, golpear, lamer, rasguñar, jugar, perderse en, aferrarse, hundirse en, complementarse con, oler, saborear, observar, admirar, esa piel que anheló tanto hasta el punto de odiarla.

Pero sobre todo, por fin tenía esa sonrisa que tanto ansiaba ver. Para así sentirse dichoso de provocar algo mejor que simple odio, si no que también amor. Labios finos alzándose, separándose para asomar la hilera de diente superiores en aquella oscuridad a la que su vista estaba acostumbrada.

Un amor tan filoso, insistente, pesado, frío, asfixiante, desbordante y letal. Lo sabe.

No le importaba lo que pensara Tom de él. Tord sólo quería verlo sonreír, ya que él no puede. Sólo puede curvear el exterior de su boca como mísero reflejo corporal, no por alguna razón detrás de esa membrana delgada tras la frente que separa el exterior de su ser. En cambio Tom, sonríe por alegría, tristeza, ironía, rabia, con burla, orgullo, arrogancia, autosuficiencia, dolor, tantas razones que quiere conocer Tord, al derecho y al revés, atestiguarlo, ser su dueño. Lo sabe.

No podía ser nadie más que Tom. ¿Por qué?, porque es el único ser que no se abre ante él, porque es un enigma, un desafío, el responsable de la adrenalina con cada rechazo de su parte. Lo sabe.

Y es por eso, que se siente realizado al tenerlo entre sus brazos bajo las sábanas. Esperando que llegue el día siguiente para que Tom despierte y le sonría, o arrogante, o feliz, o soñoliento, o irónico.

Ah, las posibilidades eran deliciosamente infinitas. Lo sabe.

Claro, eran. Porque en realidad no lo tiene junto a él. Y lo sabe.

Sólo estaba imaginando el cómo se sentiría el por fin al llegar a su cometido. Tom no estaba junto a él, ni en sus brazos, ni bajo su toque, ni siquiera tenía una pizca de avance con respecto a su relación. Lo sabe.

Sólo era su propia despedida de "Buenas noches", diciéndose mediante mentiras e ilusiones sus razones de levantarse la mañana siguiente. Lo sabe.

Así que como era su rutina diurna y nocturna, se despidió del espectro de su fantasía de siempre, provocar una sonrisa en Tom.

No sabía si era por el morbo, pero de cierta forma, le empezaba a gustar lo difícil que se hacía el británico.

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Sonríe [TordTom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora