IX:Cuando Dices Que Sí

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- Hablé con mi hermana -soltó apenas llegó al sector de entrenamiento en donde se encontraban sus amigos. Por razones obvias todos le devolvieron una mirada confundida mientras se secaban el sudor o tomaban algo de agua, esperando a que el chico agregase algo más- ¿no me van a decir nada?

- Todoroki-kun, sé que hablar con tu hermana es importante -respondió Ochako en un tono condescendiente- pero si no nos dices de qué conversaron o por qué estás compartiendo eso con nosotros, no es mucho lo que podemos decir.

- No somos adivinos, Todoroki-kun -finalizó Tsuyu, mientras Deku e Iida asentían enfáticamente.

- Ah -claro, esas pequeñas cosas de la interacción humana que todavía le costaban: había olvidado comentarles antes que iba a llamar a su hermana para hacerle algunas consultas.

Decidieron darse un breve descanso (para alegría de Uraraka quien continuaba coleccionando hematomas de los entrenamientos paralelos que mantenía con Ojirō y Bakugō) y terminaron sentándose a la sombra para escuchar lo que el chico tenía para decirles.

- Hablé con Fuyumi nee-san para pedirle consejos sobre Yaoyorozu -soltó sin más el chico.

- ¿No le habías hablado ya con Yaomomo? -Preguntó Tsuyu con mirada confundida, estaba segura de que el chico ya le había dado una respuesta a la vicepresidenta de la clase.

- No, aún tenía un par de dudas que esperaba resolver con alguien mayor -Iida asintió, considerando que la decisión de su amigo había sido la más sabia.

Volvieron a quedarse en silencio, a la espera de algo más…

- ¡Y entonces qué! -Exclamó la chica castaña, ya ansiosa de obtener más información. No que fuese chismosa, solo le interesaba el bienestar de su amigo (y por dios que necesitaba darle un cierre a esa historia, no saber que ocurría la había estado matando durante días).

- Lo siento -murmuró Todoroki al darse cuenta de la impaciencia-. Le comenté sobre la declaración de Yaoyorozu y después hubo un momento de confusión…

- ¿Uh?

- Fuyumi nee-san comenzó a gritar que ya no era más su hermano pequeño, algo como que ya había crecido y no sé qué más…

- Mi hermano también dijo esas cosas cuando ingresé a UA -comentó Iida-, supongo que es cosa de hermanos mayores -Todoroki asintió.

- Así que le plantee mis dudas -los demás volvieron a asentir esperando a que el chico continuara-. Y me dijo que los invitara a ir a casa algún día… que los quiere conocer.

La sonrisa no se hizo esperar. Con lo mucho que les había costado relacionarse con Todoroki, que el chico estuviese dispuesto a llevarlos a la casa en donde creció era un gran paso, más aún si eso indicaba que les quería presentar a parte de su familia.

- Me encanta esa idea -confesó Uraraka-, dile que ponga una fecha y ahí estaremos. -El chico esbozó una leve sonrisa, a él también le parecía una situación agradable el saber que, al menos por parte de su hermana, sus amigos eran bienvenidos. Miró al resto del grupo y todos le dieron un asentimiento con la cabeza: una cosa menos qué contar.

- ¿Dijo algo más respecto a Yaoyorozu? -Iida fue quien terminó haciendo la pregunta que todos se estaban haciendo.

- Es curioso… ella dijo lo mismo que Uraraka-san.

- ¿Entonces?

- Ya hablé con ella -agregó el chico. De pronto sus mejillas se colorearon de un suave rojo.

- ¿Y? -Deku y Ochako parecían sincronizados en sus reacciones para ese entonces.

- Intenté dejarle las cosas lo más claras posibles -comentó mirando al chico de lentes, este asintió en conformidad con lo que decía-, le dije que no estaba seguro de lo que sentía pero que, sin embargo, deseaba darle una oportunidad…

- ¿Y? -Esta vez eran Tsuyu e Iida los impacientes, de tanto esperar por ese momento todo el grupo se había contagiado por la curiosidad.

- Ella aceptó…

- Entonces ahora…

- Creo que somos algo así como novios -Ochako hizo un movimiento rápido y se lanzó hacia el cuerpo de Todoroki.

- ¡Felicidades! -Gritó, envolviéndolo en un fuerte abrazo, pronto el resto del grupo se les unió.

Terminaron todos en el piso sobre Shōto, celebrando y riendo. No es que efectivamente estuvieran celebrando que él estuviera en una relación con Yaomomo (ya verían más adelante qué pasaría entre ellos), más bien lo que les alegraba era la valentía que el chico estaba demostrando para comenzar a establecer relaciones con otras personas. Todos esperaban que junto a la calmada y sensata Yaoyorozu, Todoroki obtuviera una buena experiencia en temas amorosos, sin contar que sabían que ella sería paciente con él.

- Me ahogo un poco, ¿saben? -La voz del chico se oyó apagada, así que se apresuraron a salir de encima de su cuerpo, pero manteniendo la amplia sonrisa en sus rostros.

- ¿Tienes planes para ahora o podemos hacer algo para celebrar? -Preguntó Midoriya.

- Tengo tiempo hasta la cena -respondió el interpelado-. Yaoyorozu me dijo que cenara con ella -nuevamente el leve sonrojo en sus mejillas. A las chicas les pareció adorable.

- Entonces vamos a darnos una ducha y a festejar esta noticia -exclamó Iida.

El grupo comenzó a recoger sus cosas y a caminar en dirección a la salida del sector de entrenamiento. Uraraka soltó un suspiro de satisfacción: estaban todos juntos, por fin sabía qué había ocurrido para terminar con su lado chismoso, y de paso estaban todos bastante animados…

- ¡HACE MEDIA HORA QUE TE ESTOY ESPERANDO, CADA REDONDA!

Ay, qué alegría. Se imaginó a si misma golpeándose en la frente. Caminando con paso decidido hacia ellos se encontraba Bakugō con un rostro aún más enfadado que de costumbre. Lo vio acercarse a ella y tomarla de su muñeca derecha, para comenzar a jalarla.

- Kacchan -le llamó Midoriya-, ¿podrías dejarnos por hoy a Uraraka-san? Estamos celebrando y…

- No -respondió con un gruñido-, a esta hora es mía -agregó, tironeando nuevamente de la chica. La castaña les dio una mirada de disculpa. Al menos sabía que las palabras de Bakugō no serían malinterpretadas por sus amigos, más que mal, era la hora en que estaban agendados sus entrenamientos.

- Pásenlo bien- murmuró moviendo la mano en señal de despedida, sintiendo cómo la alejaban de su grupo de amigos. Intentó comenzar a caminar al ritmo del rubio para aflojar un poco la molestia que iba sintiendo en su muñeca.

Dio una última mirada hacia atrás para ver a sus amigos. Iida iba hablando animadamente a Todoroki, mientras que Tsuyu caminaba a paso lento al lado de Deku, podía ver como sus cuerpos iban más cerca de lo normal.

- Deja de bobear.

- Sí -susurró y sintió que el chico soltaba su muñeca para seguir caminando. Se apresuró a alcanzarlo.

Había sacrificios que debía hacer para volverse fuerte. Ahora lamentaba no poder estar con sus amigos, pero no tanto si eso significaba que Bakugō sacaría lo mejor de sí misma para volverla más fuerte. Le dio un golpe en la espalda y comenzó a correr en dirección hacia la sala de entrenamiento que solían utilizar. Con una mueca que fluctuaba entre la diversión y el enfado, el chico la siguió.

Uraraka Ochako:El Camino Para Ser Una Heroína Donde viven las historias. Descúbrelo ahora