Las personas como yo, luchamos contra lo que sentimos y construimos murallas alrededor de nuestros corazones para que no puedan hacernos daño, para que nadie pueda entrar, pero el amor nos desarma, rompe los muros y nos golpea de lleno, transforma nuestro mundo, lo pone de cabeza y luego te abandona. Se lo lleva todo y el vacío en el pecho nos recuerda que estuvo ahí, que nos dio todo y al mismo tiempo, que nos lo quito para siempre.
Lo supe en cuanto nuestros ojos se encontraron, supe que él me llevaría al cielo con una sonrisa y al mismo tiempo me arrastraria al averno, pero no tuve el valor de marcharme, cuando aún podía hacerlo, y dejarlo solo.
No tuve el valor para ignorar cada latido que daba mi corazón al mirarlo, al verlo sonreír como si todo estuviera saliendo bien, como si fuera lo mejor.
Lo quería, más de lo que alguna vez había querido a alguien. Lo amaba y hacerlo significaba escarbar en las llagas que zurcaban mi corazón, una y otra vez. Significaba hacerme daño, pero quería hacerlo feliz e imaginar por un momento que él sentía lo mismo que yo.
Quería fingir que había un futuro para nuestra farsa, quería respirar cada detalle de un amor actuado, que no era para mi. Que nunca sería para mi.
Me equivoque, no es la primera vez que lo hago, pero fue el más bonito y al mismo tiempo, el más amargo error. A veces simplemente debes comprender que no eliges a quien amar, porque solo ocurre, surge de la nada para transformarse en todo tu mundo.
Suspiro bajando la mirada, mientras las lágrimas vuelven a empañar el panorama, vuelven ha quemarme las mejillas y a romperme el corazón, porque las personas como yo, nos quebramos en silencio.
Las personas como yo, decidimos tragar el dolor y continuar con una sonrisa falsa en los labios, mientras les decimos a todos que estamos bien, aunque nuestro mundo está reducido a escombros que nos acompañan cada momento del día. Aunque sientamos que nos estamos asfixiando.
—_____— escucho la voz de mi mejor amiga llamarme y levantó la mirada, tomándome con sus ojos preocupados, por lo que me limito a ponerme de pie y abrazarla con fuerzas liberando las lágrima que había contenido hasta ese momento.
—Me equivoque con respecto a él, yo... — intento hablar entre sollozos y me aprieta más fuerte intentando contenerme, porque fui una tonta.
—Shhhh todo estará bien— me asegura acariciando mi cabello y un recuerdo llega a mi memoria destrozandome un poco más.
“Una sonrisa nerviosa se posa en mis labios, mientras analizo mi aspecto en el enorme espejo delante de mi.
Mi cabello castaño cae ondulado sobre mis hombros, enmarcarndo mi rostro maquillado al natural, en combinación con el bonito vestido azul eléctrico que realza el tono de mi piel y los zapatos de tacón negro que escogí, intentando estilizar mis piernas, porque hoy es un día especial.
Harry Styles, un chico que conocí recientemente, me ha pedido una cita y no puedo evitar que las mariposas revtoloteen en mi estómago, porque desde el momento en el que lo vi, no pude evitar enamorarme de su encantadora personalidad.
—Vamos allá— murmuró caminando hacia el lujoso restaurante, donde al cabo de unos minutos lo distingo sentado en una de las mesas cerca de la ventana.
Sin esperar más tiempo, camino a paso firme captando su atención y una sonrisa se escapa de mi garganta, porque me siento poderosa e increíblemente atractiva.
—Hola Harry— saludo con cierta timidez y sonríe indicandome que me siente en la silla delante de él.
—Me alegra mucho que estés aquí— dice, pero no comenta nada acerca de mi aspecto, y en su lugar se limita a llamar al camarero que toma nuestra orden.
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Imaginas de Harry Styles II
FanfictionLa imaginación es la puerta a un mundo donde todo es posible, incluso aquello que no lo es en realidad.