CAPÍTULO 2

19 1 0
                                    



- ¿Quieren abrir la puerta de una maldita vez por favor?- dije frustrada, no me gusta tanto misterio entre estos dos.

- Bien, pero primero debes cerras los ojos- dice Alan.

Cierro los ojos lentamente como me lo pidieron.

- ¿Cuantos dedos tengo?- dice él.

Sé que está poniendo su mano al frente de mi rostro, puedo sentir la corriente de sus movimientos.

- Bueno, si eres una persona normal tienes 5 dedos a menos que seas un alíen - suelto una risita, sin abrir mis ojos.

- Muy graciosa- dice riéndose conmigo y mamá.

Mamá me agarra del brazo, adentrándome en la habitación, pero aún no me han dejado abrir mis ojos.

- Puedes abrir tus ojos- dicen al uniso.

Simplemente no puedo ocultar mi cara de sorpresa al ver la habitación, es completamente hermoso. Es demasiado grande, sus paredes están decorada con finas capaz de color lila y blanco, con detalles de color gris. En el centro de esta hay una hermosa cama doble, este trae un hermoso acolchado de color gris y lila, con dos grandes almohadas. Hay un tocador con luces alrededor del espejo, en su mesa hay todo tipo de maquillaje y una silla acompañándolo, sin mencionar el gran balcón y la hermosa vista, entre otras cosas.

-¡Es maravilloso! ¡Me encanta!- digo mirando todo al mi alrededor.

Me acerco a ambos para formar un abrazo de tres. No puedo creer que hayan hecho esto.

- ¡Muchas gracias! Es realmente hermoso- digo rompiendo el abrazo.

- Nos alegra que te haya gustado, queríamos que te lo más cómoda posible- dice mi madre.

- De Alan, él tuvo la idea, y la verdad me pareció muy buena- dice pasándole un brazo por la cintura a Alan.

- Bueno, dejaremos que te instales- dice Alan dirigiéndose con mi madre hacia la puerta- arréglate, saldremos a comer.

- Está bien, y por enésima vez, gracias- le digo y el me da una sonrisa.

Cuando quedo sola en mi habitación, unos leves sonidos tras de la puerta hacen que me voltee.

- Oye cariño, deberías echarle un vistazo a tu armario, puede que te guste- dice mi madre y escucho una carcajada de Alan tras de ella.

- ¿Más sorpresas?- digo con cara divertida.

- Averígualo por ti misma- dice marchándose.

Hago caso omiso a su petición y me dirijo a mi armario. Veo una puerta al frente del baño, y decido abrirla. Al entrar me encuentro con todo tipo de ropa, faldas, vestidos, camisas, shorts, kimonos y demás cosas. También hay muchísimos zapatos y accesorios, entre esos gorros, gafas y bolsos.

- No puedo creer que Alan haya tenido esta idea- digo observando el lugar y sentándome en un pequeño sillón.

No siempre fui buena persona con Alan, sé que parece que siempre hemos tenido una buena relación, pero la verdad es que no fue así. Cuando mi madre empezó a salir con él, yo me negaba a que estuvieran juntos. Sé que se preguntaran ¿por qué? Simplemente me daba miedo que su nueva pareja abusara de mí como aquel maldito lo hizo hace 11 años. No soy así con todos, solo con hombres adultos que hagan que recuerde mi pasado. En la escuela debía hablar con todos mis compañeros, así mi espacio social no fuera el mejor, nunca tuve amigos estables a causa de mis miedos, pero debía hablarles a todos, no quería despertar sospechas y que empezaran a hacerme preguntas. Sin embargo si no tenía la necesidad de establecer conversación con ellos, no me esforzaba por hacerlo, siempre he sido muy independiente en ese sentido, no necesito de nadie para obtener buenas notas. No soy la mejor del curso, pero soy buena estudiante, me encanta leer y prestar atención a mis clases. A veces en el instituto hacían fiestas invitando a todos los del curso, en las cuales asistía. Desde que ese maldito se fue dejándome mi vida en paz descubrí como sacar mi dolor... y es acostándome con los hombres que a mí me plazca, sé que suena algo enfermo, pero es verdad, de cierta forma saber que puedo escoger con quien estar y que no sea por obligación, me hace sentir libre. No lo hacía con chicos del instituto, pero a estas fiestas siempre entra gente de afuera del instituto. En el único momento donde dejo de hacer esto es cuando me encuentro en una relación sentimental.

Rumbo a la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora