CAPÍTULO 8

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Unas horas después suena la alarma de mi celular, decido darme 5 minutos más de sueño. En cuanto vuelve sonar me levanto; a pesar de haberme acostado tarde no me siento tan cansada. Voy directo a la ducha, me doy una ducha en tiempo promedio, no me he levantado tarde así que tengo tiempo. Al salir voy a mi armario, hoy me pondré un pantalón de tela color blanco con rayas negras, una camisa de tiras negra y unos tenis blancos a juego. Me hago un maquillaje sencillo y dejo mi cabello suelto para bajar a desayunar.

Al bajar las escalera, recuerdo la charla que tuve con Ángela, haber hablado con ella anoche me ayudo, nunca le había contado nada a nadie tan abiertamente, claro a excepción de Ashley; espero no equivocarme con ella. Al terminar de bajar las escaleras, me encuentro con ella, al parecer iba en camino a mi habitación para avisarme que el desayuno estaba listo.

Me adentro a la cocina junto con ella, me siento en las sillas en frente del mesón y espero mi desayuno.

- ¿Cómo amaneciste?- dice poniendo un gran plato de fruta frente a mí- ¿Pudiste dormir?

- Muy bien, al fin pude quedarme dormida. Gracias.

- ¿Por qué?

- Por haberme escuchado anoche, realmente lo necesitaba.

- No tienes que agradecerme, amo escuchar a las personas, sobre todo si veo que realmente lo necesitan y tú lo necesitabas.

- Gracias-vuelvo a decir dando una sonrisa- Por cierto ¿Y mis padres?

- Tu madre tuvo que irse temprano y Alan fue a llevarla. Se iban a despedir de ti pero aún seguías dormida y no querían despertarte.

Termino mi desayuno, dejo los platos en la lava vajillas y subo a mi habitación para cepillar mis dientes, aplicarme perfume y coger mi bolso.

- Adiós Ángela, gracias por el desayuno-digo abriendo la puerta para salir.

Al parecer tendré que tomar un bus, Alan no está y él me lleva al instituto en las mañanas.

Una vez afuera me encuentro con Evan a punto de salir de su casa al instituto; tal vez él pueda llevarme al instituto.

- Hola-digo acercándome.

- Hola hermosa ¿Qué tal tu noche?-pregunta sentado sobre su moto.

- Un poco complicada.

- ¿Qué paso?

- No pude dormir mucho, tuve que levantarme a las 3 de la mañana por un vaso de leche.

- Pues, para la próxima. Tal vez yo pueda ayudarte con tu vaso de leche - dice dándome una sonrisa pervertida.

- No gracias ¿Vas para el instituto? -digo terminando con nuestra "sucia" conversación -

- Si ¿Por qué?

- ¿Podrías llevarme?

- No lo sé-dice poniendo el casco entre sus piernas- mis servicios tiene un valor. - dice señalando sus labios -

- No pienso besarte si es lo que piensas.

- Anoche no decías eso - levanta una ceja y me sonríe con malicia.

- ¿Me vas a llevar o no? - digo fastidiada.

- ¿Me vas a besar?

- No.

Rumbo a la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora