Capítulo 4

349 27 6
                                    

Al salir de la cafetería Mary empezó a dar saltos como una niña de 5 años cuando le regalan un cachorro con el papel de hospedaje en la mano.

-Mary, ¿qué te pasa?, ¿por qué estas saltando con tanta efusividad?- Dije riendo a carcajadas, y con la cara roja de la gracia que me hizo verla de esa manera.

-Si si, riete, pero te aseguro que  cuando te diga el motivo por el que estoy tan emocionada, tu también te pondrás a saltar y chillar como una niñita.- Dijo intentando evitar que una sonrisa apareciese en su cara.

Me quedé mirandola. Como no articulaba palabra alguna, supuse que estaba esperando a que yo le preguntase y hablé:

-¿Y bien?, ¿cual es el motivo de tu entusiasmo?- Dije deseosa de saber la respuesta, ya que pensaba que si Mary se había puesto así era porque tenía que ser algo bastante bueno.

-Pues ahora no te lo digo por haberte reído de mi.- Dijo Mary cruzandose de brazos como una niña pequeña, sacandome la lengua y dandome la espalda en un intento de parecer enfadada.

-¿Enserio Mary?, venga, dímelo ya pooorfaaa.- Dije alargando las dos vocales de la palabra.

-Vaaaleee.- Dijo ella imitando mi acción. -¡Tenemos la misma habitación!, ¡tu eres la nueva compañera de la que hablabamos antes según dice este papelito!- Dijo sacudiendo delante de mi cara aquel papel blanco. -¡Compartiremos cuatro, Milena, Tayler, tu y yo!, ¡nos lo vamos a pasar genial!- Dijo chillando con un tono agudo.

-¡Biiieeen!- Grité yo tan alto que creo que lo escucharon hasta en la azotea del edificio.

-¡Lo sabía!- Dijo Mary mirandome con diversión, y yo, avergonzada por el grito que había pegado y para intentar ocultar que me había sonrojado agaché la cabeza.

Amor-OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora