Cap. 26. "Jacuzzi".

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Era un jacuzzi. Aún no me creía lo que veía.

La paredes y el techo básicamente eran un espejo gigante. Y en el centro de la pequeña habitación estaba el jacuzzi.

No era un jacuzzi enorme de esos que me agobiaban tanto. Este tenia la justa medida para dos. Para nosotros dos.

Entonces, caí en algo. No había traído ni ropa, ni bikini, ni nada.

Con la ilusión que me hacia el jacuzzi...

-Mierda... –Musité.

-¿Que pasa? –Preguntó Samuel.

-No tengo bañador...Que puta mierda. –Resoplé.

-Puedes meterte desnuda. –Sugirió Vegetta seductoramente.

-Idiota. –Empecé a reirme. –Más quisieras.

-La verdad es que si... –Susurró junto a mi oido.

Ya estaría besandole, sino fuera por el hype tremendo que tenía con el jacuzzi. Si era necesario, me metería en ropa interior.

-¿Que tal si me meto en ropa interior? –Le sugerí a Samuel.

-Yo encantado... Pero supuse que preferirías bikinis nuevos y todo eso, así que... Como me sé tu talla, te he llenado el armario.

-Es una broma, ¿no? –Le miré.

Samuel negó con la cabeza, mientras sonreía con dulzura.

Entonces, me giré y fui corriendo al armario que había junto a la cama.

Estaba lleno de camisetas, vestidos, shorts... Zapatos, chanclas, tacones... ¡Por Dios, si aquí tenía mas ropa que en mi casa! Abrí como loca un cajón (el único que había) y allí habían minimo 5 bikinis.

Samuel me tocó suavemente. Me giré, y vi que sonreía.

-¿Te ha gustado? –Sonrió, mientras me robaba un beso.

-Estás loco. –Susurré, mientras reíamos.

-Estoy loco por ti. –Esto último lo susurró en mi oreja.

Mientras yo procesaba lo que acababa de pasar, Samuel fue dejando suaves besos detrás de mi oreja, y fue bajando hasta llegar a mi cuello. Allí se quedó un poco más, mientras cada uno de sus besos provocaban descargas eléctricas hacia todo mi organismo.

-Pensaba que no querías hacerme nada... raro. –Susurré entrecortadamente.

Entonces, se separó con un movimiento rápido.

-Y no quiero. Pero es que estás guapisima, y soy un hombre. Y estamos solos aquí, los dos...

-No me violen, please. –Intenté romper el hielo.

-Tranquila. –Rió.

Pasaron unos segundos de silencio, hasta que dije:

-Bueno, no se lo que vas a hacer tú, pero yo voy a ponerme un bikini y me voy a meter en el jacuzzi ya.

Asintió, mientras yo sacaba los bikinis del cajón y los puse todos en la cama para saber cual iba a elegir.

Pensé que quizás podría conseguir mi objetivo de lograr que Samuel cambie de opinión con respecto a lo de mi virginidad si me ponía un bikini bastante "ligerito", que no tapara nada vamos.

Así que me decidí por un bikini amarillo pastel, que no tenía ni esa típica "cuerda" alrededor del cuello que lo sujetaba.

-Voy a cambiarme... ¿Donde está el baño? –Pregunté.

–La puerta de al lado de la del jacuzzi, cariño.

Le sonreí, y tras coger el bikini, me metí en el baño.

Tarde un par de minutos en desnudarme y ponerne el bikini.

Pero cuando me lo vi puesto, me daba vergüenza salir del baño.

Tan solo me tapaba lo que son 2 o 3 cm. Básicamente la linea del pezón, hablando así entre chicas.

Dios... una cosa era que enseñara un poco, pero es que prácticamente iba sin nada. Y lo peor es que, para ser tan delgada, mis pechos eran desproporcionales, asi que aun parecía que tuviera más pechos. Y eso que para mi desgracia usaba mucha talla de sujetador.

Y la parte de abajo del bikini...  Por delante todo normal. Pero por detrás, hacía el mismo efecto que si llevara puesto un tanga.

Ay Dios... ¡Quién me mandaría a mi estar en este plan! Pero ya no habiá vuelta atrás. Así que si voy a hacer algo, lo hago bien. Por tanto, abrí el grifo y me mojé un poco el pelo. Lo sacudí, intentando que se rizara un poco. Y conseguí mi objetivo. Salí victoriasa del baño.

Y en el salón me esperaba Samuel, que estaba con el móvil. Lo dejó cuando me vio, y pude comprobar como abría los ojos como platos cuando me vió.

Me repasó con la mirada de arriba a abajo.

-Estás... muy... sexy... –Dijo lentamente, mientras volvía a repasarme con la mirada.

-Gracias. –dije con voz seductora, al mismo tiempo que cruzaba por delante suyo para sentarme a su lado. Hice como que buscaba mi móvil en el bolso, y fingí que lo utilizaba.

-Samu, ponte el bañador, y así nos bañamos... juntos. –Hablé con la misms voz de antes, y enfaticé la palabra juntos.

Sacó de una maleta que seguramente habría traido esta mañana un bañador, y fue al baño.

Mi plan estaba dando sus frutos.

Sonreí yo sola en la habitación.

Por fin, salió Samuel del baño.

Llevaba un bañador de esos que se ajustan mucho.

No pude evitar darle un buen repaso. Dios, estaba sin camisa...

-Eh... ¿Vamos? –Puse la misma voz que antes, e intenté andar con la espalda recta.

-Vamos. –Me sonrió.

Le cogí de la mano, y nos condujimos hacia el jacuzzi.

Cuando más te necesitaba. (Fanfic Vegetta777)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora