VII.

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23 de Noviembre, 2019

Dolor de cabeza.

Eso.

Era lo único que sentía Mark Lee cuando un rayo de luz lo despertaba. Su memoria no ordenaba con claridad lo sucedido la noche anterior. También sentía un dolor inmenso en...

¿Qué cojones había hecho anoche?

Su cabeza giraba como una peonza cuando se reincorporó. Notó como una suave brisa recorrió su espina dorsal.

Rodeó con su vista la habitación desconocida. No recordaba casi nada.

Después de unos minutos intentando recordar, sintió libertad en su parte baja, vamos que no llevaba nada debajo y...

Oh. Dios. Mío

¿Estaba desnudo?

¿Por qué estaba desnudo?

Se escondió entre las sábanas divisando debajo de estas un cuerpo, de un chico. Lo único que recordaba era a... Johnny.

Su mente empezó a divagar, y si habían... hecho...algo fuera de... no, no, no, no...

El cuerpo de su lado se removió despacio.

-Buenos días... angelito - una voz ronca y mañanera lo sacó de sus pensamientos.

Sintió como la sábana con la que se escondían era elevada por el pelirrojo.
Tiró antes de que esta le dejará expuesto ante él. Escucho detrás de la blanca tela como este seguía moviéndose. Encontró unos ojos verdes mirándole atentos, le acompañaba una sonrisa sincera que le relajo completamente.

-John... q-que - carraspeó nervioso - ¿qué hemos hecho, Johnny?

Al recordar todo lo que le decía hace unas horas, como perdía el miedo y sobre todo como se movía, sonrío aun más soltando una risa ronca.

-Sí pequeño, lo hicimos y... fue precioso - le confesó el mayor, desviando detrás de su oreja un mechón de pelo moreno con delicadeza.

Mark se removió sintiendo aún un dolor pasable en su parte trasera. Se acercó aún más a Johnny y le plantó un roce de labios muy tierno, separándose casi al momento con un sonrojo muy notable. Lee desvío su mirado hacia sus pies, sin querer se fijo en que ambos yacían desnudos, se fijo más bien en la gran hombría que poseía el pelirrojo poniéndose de igual color que el pelo de este.

-Angelito, ayer me viste desnudo. Por cierto - cortó la distancia de ambos de una manera bastante íntima, rozando abdómenes - Eres... demasiado bonito - le susurró coqueto.

-M-mentira, tengo un cuerpo normal, supongo... - rodó sus ojos, muy inocente.

Johnny descendió su gran mano con suavidad, desde las clavículas marcadas del angelito hasta su masculinidad, despierta por la habilidad de las palabras del mayor.
Jadeó, moviendo sus piernas con inquietud, sintiendo como el pelirrojo bombeaba su erección con firmeza. Este se mordía los labios viendo disfrutar desde tan temprano a su precioso cachorro de león. Era tan precioso cuando gemía.

Pronto, los dos se encontraban duros y besándose entre la tela blanca. Lo de ayer fue genial, le encantaría que su precioso chiquillo fuera consciente de que estaba dejando todo de lado y solo le transmitía amor y deseo. Era un adolescente enamorado, el angelito inocente y obseso de los estudios lo había convertido en una persona con las ideas claras por fin.

Histeria; JohnMark [ Cancelada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora