A estas alturas de la situación puedo decir que valió la pena.
Valió la pena las noches en vela pensando en ti, en cómo se podría solucionar todo.
Valió también la pena sentir por un momento que realmente te perdía, que no volvería a encontrarte nunca más.
Valió la pena mirarte por última vez esa tarde, el escuchar como mi corazón se partía cada vez que dabas un paso más, alejándote de mí y quedándome yo allí, sentada y con un dolor inhumano.
Valió la pena no saber qué hacer, estar encerrada sin ti, creerme culpable y aún así, confiar en mí misma.
Valió la pena porque me viste, porque viniste y me escuchaste. Me creíste.
Valió la pena por poder besarte mil veces más, por despertar a tu lado otros sábados más.
Valió la pena todo por verte sonreír ahora, junto a mí. Por volverme a besar de arriba a bajo, por no soltarme ni un segundo en la cama y no dejarnos respirar para no romper la magia.
Valió la pena, eso y más. Porque lo volvería a vivir sabiendo que después de eso vas a estar tú de nuevo, van a estar tus ojos, tu piel, tus manos y tu forma de hacer que me sienta viva y libre.

ESTÁS LEYENDO
🌻
Short StoryAquí iré escribiendo textos de cómo me siento. Quizás escriba mucho una semana y luego esté dos meses sin aparecer, supongo que como todo, va a rachas. Espero poder abrirme un poco más de lo que lo he hecho con mi entorno.