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16. siempre, por favor.

Después de diez meses sigo sin saber cómo describir lo que besarte hizo en mí, no puedo explicarte con palabras existentes, no me sale.
Estar a tu lado es lo más parecido a las definiciones de paz y equilibrio que conozco, porque podría estar sometida al peor de los castigos, pero contigo sería mi mejor precio.
Sólo te pido que me abraces, así las cosas son más fáciles.
Probé el angustioso sabor que tiene perderte, y te aseguro que jamás nada me dolió tanto. Porque cuando llegaste lo rompiste todo, me abriste los ojos y empecé a saber lo que era la vida. Tengo tan claro que lo que más me gusta de ti es lo que haces en mí. Vienes y noto ya a lo lejos la tranquilidad. Lo eres todo. Eres la locura, la risa, la belleza, los truenos y la lluvia, pero también el sol y el verano. Todo. Consigues que vuele sin levantarme del suelo ni un milímetro, consigues que me olvide del mundo, menos de ti.
Nunca antes había mirado unos ojos y me había quedado a alabarlos. Nunca un pestañeo me había hecho temblar tanto. Nunca unas manos me habían erizado la piel de esa forma.
Por eso sé que eres tú, que es tu vida la que quiero seguir conociendo, y mezclarla con la mía, aunque todo me parezca tan insignificante teniéndote ahora.
Gracias por demostrarme y enseñarme que realmente existe un amor sano, un amor fuerte y un amor diferente al resto.
Sigue durmiendo a mi lado todas las noches, amor.