CAP 5: LA JAULA

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Es increíble. – Decía Joe cuando llegué al día siguiente.

No sé qué ha pasado, pero vi la puerta abierta y había salido. No está dentro. – Asustada lo contaba Mary, la limpiadora.

¿Qué ha pasado? – Pregunté.

No sabemos qué ha pasado. – Respondía Joe mirándome enfadado. – Solo sabemos que tu terapia ha hecho que se vaya.

¿De verdad? – Llamadme loca, pero no pude evitar que me saliese una gran sonrisa en la cara. Quizás sus padres no podían entender que efecto ha tenido mi terapia con él, pero yo sí. El día anterior me fui a casa de mi tía y mi preocupación era que soltase lo que yo necesitaba saber aquella noche. Aunque estaba casi seguro que sería un tema que le daría cuerda a Zayn durante un buen tiempo. Ya que su forma de interactuar conmigo era superior a lo que él estaba acostumbrado. Dando un salto tan grande en su mentalidad, era de esperar que tomara reacciones tan dispares. Pero, no fue eso lo que hizo que se fuese de casa, y aunque no se supiera nada sobre él, ya podía imaginarme lo que estaba haciendo. Aquí tomé conclusiones sobre la personalidad tan compleja de Zayn. Imagina ser un pájaro dentro de su jaula. Un pájaro que ve a través de unos barrotes durante toda su vida el cielo, las nubes, y todos aquellos pájaros que subían y bajaban, en manadas. Ese pájaro no necesitaría ningún impulso para volar tras su manada. Ese pájaro solo necesitaría que alguien abriese su jaula. Y eso fue lo que yo hice.

¿Qué tiene de bueno todo esto? – Preguntó Joe.

Pues... - Abrí los abrazos con las palmas hacia arriba, afirmando con la cabeza y una gran sonrisa. – Todo esto.

Parecería que estaba loca, pero no me hacía falta tener ya ese micro encendido para saber que yo para él, fui ese prototipo de belleza que imaginaba. Todo fue un gran cúmulo de sensaciones: por más que odiase al mundo, Zayn le gustaría correr a través de las montañas, nadar a contra corriente, saltar al vacío, gritar a los cuatro vientos... Eso lo hacía tan humano, que una vez más mi droga, la esperanza, dilató mis pupilas. Una persona que tenía ciertos sentimientos reprimidos y de alguna forma tenía que sacarlos a fuera. Como ese pájaro encerrado deseoso de volar. Solo que mi forma de abrir su jaula, fue mostrándole mi forma física. Los químicos a esto le llamarían reacción química, y los supersticiosos lo llamarían flechazo. Fuese lo que fuese, había desarmado a Zayn y ahora tenía que contraatacar.

Descuiden, volverá. – Les dije convencida. Y así fue como calmé los miedos que habían surgido en aquella familia. Porque podían pensar que una persona sin ningún tipo de pudor para realizar un crimen, solo porque sus principios lo establecían, en el mundo de allí fuera era peligrosa. Pero no, no iba a estar en ese mundo. Estaría corriendo por los bosques, con los animales y los bichos, a los únicos que él amaba; en el agua, con los peces y moluscos. No sé dónde estaría, pero estaba disfrutando de la forma que jamás hubiese imaginado que se podía disfrutar.

Fue así como lo vimos llegar corriendo, con aquella ropa empapada y manchada. Venía con unos pantalones vaqueros cortos, muy sucios de barro. Y una camiseta blanca de mangas cortas, muy sencilla, también llena de barro y manchas verdes de la hierba. Su pelo estaba suelto, y peinado hacia atrás por el agua. Creo que aquella fue una de las imágenes más bonitas que había visto en mi vida. Y no era por el físico de Zayn, era por el sentimiento de aquella imagen. Imagina ver a Hitler, pidiendo disculpas, realmente arrepentido, llorando mientras abraza a un judío. Pues algo parecido.

No quería cantar victoria, puesto que no era una victoria. Sólo era un avance enorme en mi vida y en la de Zayn. En mi vida, siempre me quedé rezagada de no haber podido hacer nada más por el mundo. Así que esto para mí era la oportunidad de sacarme la espinita. Y mis intenciones eran esas, no llegar a nada más. Porque cuando se llega a algo más, las cosas se complican. Igual que cuando se mezclan los negocios y la amistad. Y en la vida de Zayn, pues imáginate.

SIN TI NO EXISTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora