CAP 11: ERROR

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Error era la palabra que pasaba por mi cabeza. Por la mía, por la de Zayn, por la de Job, por la de Chris, por la de todos. Todo fue un error que podría haberse evitado con tan solo unos minutos de pausa, con tan solo un pequeño respiro en el que pararse a pensar. Era inevitable derramar tanta lágrima por mis mejillas que sin duda habían vivido mucho a lo largo de su frágil existencia. Pero sin duda nada como lo que se estaba viviendo en esos instantes. Esos instantes que horas antes habían sido cruciales para mascar una tragedia que no tenía resumen y sin embargo sí tenía explicación. A diferencia del resto de tragedias, esta la comprendíamos todos, la conocíamos todos. Todos sabíamos a donde iría a parar, y sin ningún remedio, nos sentamos en aquel banco como espectadores que no podían hacer más que aceptar lo que ocurría. Allí, frente al juez, sentimos el cambio en nuestras vidas en un solo chasquido.

No Zayn. – Decía horas antes al ver su mirada clavada en mí. Como aquella vez, estaba pálido, su ceño y rostro fruncido, descompuesto. Cara de asesino de pupilas dilatadas al tamaño de sus abiertos agujeros de la nariz. Mentón rígido y venas del cuello resaltadas. Era la misma expresión que ya contemplé una vez, pero esta vez con una diferencia. Zayn no mordía sus labios, no se resistía a lo que es. – Por favor Zayn, soy yo. – Retrocedía lentamente hacia atrás mientras el caminaba hacia mí en ese oscuro pasillo en el que se encontraba gritando a la cámara oculta en una bombilla. Cinco metros me separaban de la puerta de salida a la calle. Sólo cinco metros de pasillo.

Has cometido un gran error. – Susurró cuando una mueca de crueldad me mostró una semi sonrisa de amenaza que me penetró, me paralizó.

Lo siento... - Susurré antes de girarme y disponerme a esprintar hacia la puerta de salida.

En el día de hoy nos disponemos a juzgar al Sr. Zayn, mayor de edad, de unas agresiones con agravantes en contra de la Srta. Caitlin, su psicóloga, mayor de edad, quien no ha presentado ningún cargo en contra del acusado, quien en cambio si ha sido denunciado por los agentes de policía que lo arrastraron con su total resistencia al calabozo en la madrugada del 03 de febrero de 2015, y por los familiares de la Srta. Caitlin que se encuentran presentes en el juicio con el fin de dar fe de sus testimonios y verificar la verdad de los hechos sucedidos en la madrugada del tres de febrero de dos mil quince. – Explicaba e introducía la señora Catherine, juez de este infortunio.

Esprintaba hacia atrás en el tiempo, a cámara lenta, observada por los dioses que no existen. Juzgada por las fuerzas del universo que nunca juzgan. Y en esa espiral de sentimientos sentía el calor de las manos de zayn sobre mi hombro; que me sostenían con una sobrenatural fuerza que me arrastró hacia el salón de esa casa a la que no debía de haber entrado. A ese salón en el que guardaba unas imágenes muy distintas en mi cabeza. Imágenes que quedarían borradas tras ser golpeadas con la mesa al caer. Ese sería el primer de muchos golpes. El primer de una horda de errores que ya no tenían marcha atrás.

Además, el sr. Zayn queda acusado de homicidio por las denuncias e informes impuestos por la policía científica del caso. Como testigos de las siguientes acusaciones tenemos a los familiares de la srta. Natalia, que por desgracia es la víctima en primer grado de los sucesos ocurridos ese tres de febrero de dos mil quince. – Leía la sra. Catherine.

Tras la conmoción me tomé unos 20 segundos para ser consciente de lo que estaba sucediendo. Aunque antes de notar la sangre que derramaba una brecha en mi frente sobre mi cara, vería como Zayn venía hacia mí desde la puerta principal de la casa la cuál había sido cerrada y bloqueada. Así di paso al miedo a controlar mis reacciones. Activando así mi sistema nervioso simpático el cuál inhibiría la contracción de mi vejiga. Con la relajación de mi vejiga daría paso a orinarme encima del miedo. Y con todo esto, el instinto de Zayn le llevaría a soltar una sarcástica carcajada de terror que terminaría con el primer puñetazo de la noche.

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