4 años antes del nacimiento de Zayn, justo 4 años, ese 3 de diciembre de 1992 a las 16:50, nació su alma opuesta; Caitlin Jarvis. Adivínalo, su familia era una familia humilde. Su padre, Greg, era policía de Portsmouth. Su madre, Brenda, trabajaba en una clínica veterinaria. Aquel día, aquel maravilloso día, sus vidas cambiaron.
Allí estaba mi madre, gritando de alegría mi salida, y gritaba y gritaba apretando sin saber que yo ya estaba en los brazos del médico.
Señora, ya ha nacido su hija. – Me mostraban ante ella, manchada de sangre y flujos del embarazo. – Es una chica preciosa.
Mi madre quedó atónita al verme, porque no solo fue el efecto de la anestesia, sino que además no llegó a percibir mi llanto.
¿No la he escuchado llorar? – Preguntó mi madre.
No, no ha llorado, es muy extraño.
Fue en ese hospital, con mis padres, mi familia, donde se supo que yo iba a ser una niña muy buena. Aunque, realmente, no era así la historia. Cuando llegamos a casa, yo me había dormido y me dejaron en mi cuna. Cuando entonces noté como cerraban la puerta y la oscuridad, la soledad, invadía mi vida y el temor dominó mi ser. Allí fue la primera vez, que mis padres me escucharon llorar.
No fue muy difícil para ellos descubrí que solo lloraba cuando me dejaban sola, así, ellos pudieron darme la educación que todo hijo necesita. Cerca de mis padres, en todo momento, siendo hija única, iba a adquirir todo lo que necesitase aprender con gran facilidad. Así, me enseñaron inglés y español, de forma totalmente natal. Ya que mi madre, Brenda, era española.
Con sólo 3 años ya sabía andar y hablar. Era una chica muy feliz, muy positiva. Mi único problema es que siempre necesitaba estar acompañada, en el momento en el que mis padres me dejasen sola, lloraba. Y créanme cuando les digo que lo hacía de forma automática sin ni siquiera pensarlo. Mi cuerpo, reaccionaba de esa forma. Yo podía estar jugando con mis juguetes, como si a mi alrededor no existiese ningún mundo, pero si me dejaban sola, desconectaba y automáticamente el miedo se apoderaba de mí.
En la guardería, mis principios sorprendían a todos mis profesores. Era la única que prestaba sus juguetes, que ayudaba a los demás, que jugaba con todos. Por supuesto fueron mis padres lo que se llevaban los méritos de todo. Parecía haber sido obra de ellos, y su forma de educarme. Pero en realidad estos principios los llevo en la sangre.
Pude demostrar en mis primeros años de vida que era una chica diferente al resto. Quizás no fui demasiado escandalizadora, pero algo sí que se podía sospechar. Y fueron los años los que pusieron las cartas sobre la mesa.
Con 5 años, durante mi cumpleaños, tuve un sueño.
"Iba por la calle paseando, cuando pude fijarme en cómo había cambiado el mundo. Era tan extraño, pero todas aquellas personas que había soñado con un mundo perfecto, llevaban años usando una avanzada ciencia, y unos avanzados métodos de influencia social, que cambiaran al mundo tal y como ellos querían. Era como si las fuerzas comunistas, capitalistas, de izquierdas, de derechas, de mentes más abiertas y mentes más cerradas; se hubiesen unido para elaborar una teoría que marcase el punto intermedio de todas estas teorías. Como si fuese un círculo perfecto sobre el que orbitan todas las teorías a la misma distancia. Era la teoría sobre la que durante años el ser humano había soñado.
Entonces, quisieron poner en práctica estas teorías para el resto del mundo y gracias a los avances, los consiguieron.
Entonces, yo al marguen de este mundo de ensueño, observaba de forma objetiva el resultado de esta maravilla. Y os puedo garantizar que esta maravilla es un completo horror. Mi forma de interpretaros lo que veía era así de fácil: El mundo era un gran sistema operativo."
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SIN TI NO EXISTO
Gizem / GerilimÚnete a este recorrido para sentirlo, para recordarlo, para vivir y disfrutar. Una historia con un final expuesto, pues no es un gran final, sino un gran paseo por la vida de dos particulares personajes que se conocen y lo que viene después; te deja...