CAP 10: EXPERIMENTAR CON LA LOCURA

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Me preguntaba constantemente si rechazar es sinónimo de desobedecer a tus principios. La vida se había vuelto menos cínica, y en mí nacía una lucha interna que se volvía cada vez más dolorosa. Es que el mundo no me comprendería, pero deben de saber que, si sientes un odio tan natural al ser humano, amar a una mujer, no hacía fácil ni llevadera tu vida. De hecho, dentro de ti nacían varias personalidades que podrían acabar dañándome mucho.

Mientras que recibía impulsos negativos en mi interior, experimentaba sentimientos que jamás había experimentado. Que el problema de otro empezase a ser tu problema, en un mundo interno tan egoísta, tan odioso, tan dañoso, tan oscuro... Parece difícil de comprender, pero en realidad no lo es. Me limité a escribir una historia, y esto, sería lo que cambiaría mi vida:

"Un equipo de científicos había estado durante años estudiando perfiles para encontrar al candidato perfecto para un experimento. Era un experimento muy usual. Se trataba de jugar con la mente de las personas en busca de resultados. Aunque en este caso, habría factores inesperados que no habían sido expuestos anteriormente. Así, tras las sorpresas, conseguirían variaciones en los resultados. No obstante, tomarían medidas de seguridad para evitar daños y perjuicios. Como un equipo lo suficientemente versátil y comercial como para conseguir contactos, una alta tasa de seguridad de responsabilidad civil, un buen equipo de inversores empedernidos y mucha paciencia. Cuando encontraron al candidato perfecto, lo estuvieron entrevistando, para pasar varias sesiones de psicología que jugase con la mente del estudiado.

Eres una rata de laboratorio, ¿eres consciente? – Me decía el primer psicólogo que nunca desvelaría su identidad. Entrevistas televisadas previas a un show que también sería televisado. ¿Resultado? Millones de personas alimentando sus ganas de ver sufrir a otras personas.

Sí. – Respondí

¿Sabes que la gente se va a reír de ti? – Preguntó una vez.

Sí.

¿Tan miserable eres? – Preguntó otra vez.

Si.

Esta habitación huele mal desde que has entrado, ¿lo sabes? - Y otra más.

Sí.

Eres horrible. – Y otra.

No soy el único aquí. – Sonreí.

Y como si no fuese nada para ellos trataron de buscar un impulso negativo en mí, que finalmente no encontraron, así que procedieron con una nueva entrevista.

Vamos a matarte. – Dijo un psicólogo que se vestía con una macabra máscara blanca.

¿Me follaréis antes? – Sonreí.

Eres maricón, ¿no? – Se mostraba agresivo.

No, solo soy amante del placer. – Sonreí.

¿Te gusta ser violado? – Preguntó.

Estoy seguro que sí. – Sonreí.

¿Por qué razón? – Preguntó confuso.

Tu cuerpo se estimula, sus zonas erógenas actúan, te ayudan a lubricar, a excitarte, y al final; resulta ser placentero. – Respondí, sonriente.

Entonces, no es una violación. – Dijo.

Sí, porque me resisto. Lo que lo hace más excitante, más profundo, más completo. – Aclaré.

Pero es doloroso. – Contrarrestaba.

Bueno, el placer y el dolor están separados por una fina línea de embriaguez. – Respondí, aún más sonriente.

SIN TI NO EXISTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora