Cuando Las Flores Arden.

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Incendio.
Sigues siendo la pesadilla de mi entierro, y me recuerdas todos los días que, cuando las flores arden, el amor se vuelve infierno.
Del odio al amor.
Del amor al odio.
Sueño con una realidad en donde cierro los ojos y no estás tú.
Y no pienses ni un mísero minuto que lo digo porque anhelo que mi amor se esconda entre palabras y muera de soledad.
Ya no soy de escribir poemas de amor. Ni de delirar por las noches por tus labios rotos ni por tu alma rota.
No pienses que me ahogo en suspiros entrecortados por la esperanza y la agonía.
Eres vida en pleno entierro. La luna que me persigue por noches desesperadas.
Eres la desgracia indeseable. El engaño en el que caí por unas cuantas gotas de amor.
Tengo el corazón podrido, las flores quemadas por un capricho; y la ilusión muerta por un odio que no supe cómo controlar.
Y es que, cuando las flores arden, estás tú burlándote de mí.
Cuando las flores arden, el amor acaba de morir.
Cuando las flores arden, los suspiros, se vuelven intentos desesperados por sobrevivir.
Cuando las flores arden, las promesas se vuelven condenas.
Y, cuando las flores arden, mi corazón se quema.

El Lado Oscuro del AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora