Poesía Amarga.

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Mi paciencia se acaba
y el veneno se propaga.
Pudre el interior de un alma que se siente inferior.
No existe refugio para esconderse de los monstruos.
Ni en los padres más cariñosos
ni en los hermanos más amorosos.
Me condeno culpable
Me desconozco inocente
Y no entiendo ese mal hábito de mi mente.
Quisiera regresar a aquel lugar del que no deseaba escapar.
Quisiera encontrar aquel antídoto que, inconscientemente, me niego a buscar.
Quisiera y quisiera pero no hay un sincero querer.
Porque si quiero, no me escurriría por el amargo amanecer.
Ya empezaría con mi propio querer.
Y comenzaría a escribir poemas dulces en la oscuridad del anochecer.
Para cultivar tulipanes. Para florecer mi amor.
Para declararle a mi musa que, perderla, es lo que me causa más terror.
¡Oh, poesía maldita!
Eres un cuento de nunca acabar
No importa cuánto acepte tu oscuridad,
me sigues doliendo igual.
No importa cuánto me ahogue en mares de soledad,
siempre esperaré por el regreso de mi bendita felicidad.
Para ya no hacerle el amor a mis dolencias
Para ya no escribirle a mis tristezas.
Para dejar de despertar mañana
en la jaula de una poesía amarga.

El Lado Oscuro del AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora