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Volví al día siguiente y me senté en el mismo árbol. Esta vez no tomaría siesta, no quería que el conejo de se fuera sin mi. Ya eran las 6:25, la hora que el día anterior el conejo lo guió hasta la playa, y ni señales del conejo blanco. Estaba cansado, al día anterior no había dormido pensando en aquel muchacho. Cerré los ojos por un segundo y ahí fue cuando escuche el ruido. El conejo blanco estaba saliendo exactamente del mismo arbusto de ayer. Nuevamente lo seguí. El conejo esta vez estaba menos ansioso que ayer y al igual que ayer iba a paso lento. Dobló por el arbusto y yo lo seguí. Ahí estaba la playa y ahí estaba el muchacho. Me quedé parado donde estaba unos segundos para admirar su belleza. Estaba llorando al igual que ayer. No me hice esperar, camine hasta su lado y me senté. El me miró con lágrimas en los ojos y yo solo lo mire, pero mis ganas de llorar se hicieron presentes. El volvió su mirada al mar y sus lágrimas aumentaron. No pude evitar soltar una lagrima. Yo no era así, nunca lloraba, tenía que estar muy roto para que saliera una sola lagrima, pero este muchacho logró hacerme llorar en tan solo unos segundos. "¿Que me haz hecho pequeño conejo blanco?" El me miró preocupado.

"Hey, no llores, estoy bien, no te preocupes por mí."
"Mirarte, no estás bien, ¿Como podría no preocuparme?"

No volvió a hablar, volvió su vista al mar nueva mente y secó sus lagrimas. Esta vez no se veía tan triste, me pregunto en qué habrá estado pensado.

"Gracias... Umm... Tu... Debes volver a tu casa..."

No quería irme, de verdad no quería, pero no quería incomodarlo con mi presencia. Me levante de mi lugar y lo mire unos segundos. Él miraba el mar como si yo no estuviera ahí.

"Umm... Me iré... Adiós..."

El no dijo nada. Me alejé lentamente hasta llegar al arbusto, una especie de portal entre la dimensión mía y la de mi conejo blanco.

"Volveré mañana, hermoso conejo blanco."








Yashi.

Jamás sigas a un conejo blanco ; YoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora