Amor fuerte... ¿¡Qué estás qué!? (Spartor) [Wattys2019]

Capítulo 11; La gran estafa.

Capítulo hecho con la co-escritora BekiitaVillanueva.

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La noticia sobre el compromiso de Mayo y Victor no se hizo esperar. Al día siguiente todos sabían ya de eso. La pareja dormía plácidamente en su habitación cuando un insistente golpeteo en la puerta principal los despertó.

— Buenos días amor — dijo Victor, levantándose. —Buenos días — respondio un adormilado Mayo.

— Tu sigue durmiendo, ya sabes que me levanto temprano — dijo Víctor depositando un beso en su frente, para ver después cómo su pareja solo se volvía a dormir.
Víctor bajo las escaleras y abrió la puerta, imaginaba quien era desde un principio.

— ¡¡EXPLICAME COMO ES ESO DE QUE TE VAS A CASAR VÍCTOR, Y ESO DE QUE VAS A TENER UN HIJO!! —. Si, eran Timba y Rius. Victor palideció en un segundo, lo imaginaba pero no estaba listo para enfrentarlos.

— ¡F-Fue obra del Espiritu Santo pa! — dijo Victor, esquivando por poco la chancla de Timba. Ayer Mayo lo había entrenado bastante bien.

— Timba, amor, calma — dijo Rius, intentando controlar a su pareja.

Victor cerro la puerta con rapidez aun con las protestas de los visitantes. Se escondió y llamó a Raptor en busca de ayuda. Sparta y el aun no iban a decirle nada a Timba, pero la llamada nunca fue contestada.

«¡Mendigo reptil! ¡Si salgo de esta me haré un lindo bolso de velociraptor!» pensó Víctor, mientras huía de su pa.

Por otro lado, el grupo que podría salvar a Víctor, Musik, Sparta, Raptor y Flex, estaba en el Waltmart comprando la despensa. Tenía que durarles una semana más o menos.

Habían llegado con mochilas para llevar las bolsas más fácilmente y las dejaron en la paquetería, después entraron y comenzaron a llenar los carritos de compra. No parecía haber nada malo, en realidad quizá lo único extraño eran los constantes antojos de Sparta que terminaba comprando cosas fuera de lugar. Sin embargo a media compra, se dieron cuenta de un pequeñísimo detalle.

¿Donde estaba el papelito que daba el número de las mochilas que debían recoger? Todos se vieron asustados.

— Flex ¿Tu tomaste el papel? — preguntó Musik. Sparta revisó sus bolsillos. —No, pensé que lo tenía Sparta — todos miraron al mencionado.

— A mi ni me miren, yo no tengo nada en los bolsillos — dijo enseñándolos. — ¿Y tu Musik? — todos comenzaron a ponerse palidos cuando vieron que el tampoco lo tenía.

Minutos después, se escondieron en uno de los pasillos a planear como sacarían sus mochilas de paquetería.

— Entonces tú tomas dos mochilas y yo tomo las otras dos mientras Sparta distrae a la encargada y Flex se lleva las compras al auto para que cuando las saquemos solo corramos y huyamos — propuso Raptor.

— Ok, entonces entramos y robamos nuestras mochilas, por lo que ya no nos dejarán venir aquí, así que nuestros hijos van a tener que ir con Mamá Lucha a Bodega, y… — Sparta comenzó a hiperventilar.

Por pura casualidad, Flex reviso su bolsillo en busca de un chicle y encontró el papelito. — Calma Sparta, ya encontré el papelito, ya deja de pensar en ese futuro — dijo Flex.

Todos lo miraron y juraron se vengarían por hacerlos pasar ese mal rato.

Después de pagar todo decidieron ir a comer para terminar con el susto que se habían pegado, entonces se dieron cuenta de que era el momento para llevar a cabo su venganza.

Pararon el coche frente a un Burger King, negándose a tomar el auto servicio.

— ¿Entonces que es lo que quieren? — pregunto Flex.

— Aquí hay cupones — dijo Raptor — Trae estos tres, estos dos y gasta todos los que tengan un helado — dijo mostrándole lo que tenia que comprar.

— ¿Es enserio? — pregunto.

— Muy enserio — .Flex suspiro con fastidio, salió del coche y entro al establecimiento, donde una larga fila lo llevo a reconsiderar su suerte.

Fuera del establecimiento, los demás decidieron bajarse y caminar hasta un puesto de tacos que estaba en la esquina y que habían visto antes de llegar por sus hamburguesas y se quedaron ahí hasta que saciaron su hambre. Una hora de fila después, Flex llegó a la caja.

— Buenas tardes, van a ser estos cupones — se los dio a la cajera quien los revisó. — Disculpe, pero estos cupones ya están vencidos — se los devolvió y la fila siguió avanzando.

Flex, quien se moría de hambre dejó hecho una furia del local y regreso al auto, donde los chicos ya estaban esperándolo.

— ¡Tus cupones ya están vencidos imbécil! — grito azotando la puerta. — Upsis — contesto Raptor con diversión.

— ¿Por qué huele a tacos? — todos se miraron con complicidad — ¿¡SE LARGARON A COMER TACOS MIENTRAS YO ESTABA ADENTRO!? — gritó molest

— Ya sabíamos que los cupones estaban caducados, es nuestra venganza por lo del ticket de paquetería — todos rieron y Flex solo se limito a encender el auto y a mantener la calma o terminaría matando a todos en un “accidente”.

De vuelta a la casa de los recién comprometidos, las cosas se habían calmado ya con Víctor y Timba. Mayo y Rius tuvieron que entrar a interferir por obvias razones.

— ¿Y si te hacemos una fiesta de compromiso el sábado? — dijo Rius. — Invitamos a todos, traemos carnita asada y así tu le avisas a Sparta y los demás —.

— Sobre eso… Sparta no iría — dijo Victor rascándose la nuca nerviosamente. — ¿Cómo es eso de que Sparta no va a poder ir? — preguntó Rius con los brazos cruzados.

— Si, verás, parece que él y Mike se encontraron después de mucho y pues se van a desaparecer ese día, ya se han desaparecido ambos antes para ponerse al corriente — dijo Víctor.

Rius no estaba del todo convencido. ¿Cómo es que Sparta se perdería la fiesta de compromiso de su hermano?

Había algo raro en todo esto y necesitaba averiguar que era.