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Silencio.

Eso fue lo que reino en la habitación después de decir aquellas palabras, Dafne. ¿Se arrepentía? Tal vez sí, pero todo lo hacía pensando en una persona; Wilson. No tenía con claridad que es lo que aun quería en su vida, pero si tenía claro que no quería seguir casada con Keren Azzar.

—¿No dirás nada? ¿Keren? –musito, Dafne, temblando como una hoja.

La mujer miró su ancha espalada desnuda, todos sus músculos se notaban y podía jurar que estaba tenso, no era para menos—su esposa le había prácticamente vendido su virginidad para ser libre de un matrimonio tortuoso.

—¿Cuáles son tus condiciones?

Dafne expiró hondo, aparatando la vista de su muscularídad y fijándola en la ropa tendida sobre el sofá.

—Me entregare a ti a cambio del divorcio y dos millones de dólares. Es lo justo por daños y prejuicios. –espeto segura, pero no espero escuchar la ronca voz de Keren siendo ahogada por la almohada que aun tenia abrazada. —¿Dónde está el chiste de lo que dije? para yo también reírme.

—¿Daños y prejuicios? Se mas sensata a la hora de negociar, Habibi. Si alguien debe cobrar por daños y prejuicios, ese sería yo, tu padre me hizo perder más de novecientos mil liras.

—Un millón de liras es solo migajas para ti. –susurró avergonzada. —Mi libertad es mucho para mí.

—Tienes razón, pero para un buen inversionista, dinero que se pierde, dinero que muchos necesitan. Y tu padre no supo descifrar esa frase, tu como su hija, sé que tampoco puedes saber que hay en ella.

Dafne arrugo su entrecejo y volvió su mirada a él, con enfado.

—¿Puedes dejar de siempre asociarme con los actos de mi padre?

—No lo haré, tu padre te vendió y yo soy tu dueño. Siempre te haré recordar  de donde llegaste y hacia donde fuiste.

—No soy un objeto.

—Házselo recordar a tu padre, tal vez tus hermanas tengan el mismo futuro.

La rubia cansada de escuchar sus palabras repulsivas, se levantó y caminó hasta estar cerca de la puerta principal.

—Dime si aceptas el trato o no –cambio el tema de conversación.

No podía negar que sus palabras nuevamente habían quedado con la duda en su mente, tal vez su padre podía hacer lo mismo con Maggie, pero dentro de todo aquello, se preguntó que función cumplía una madre si no protegía a sus hijos de todo lo que les hiciera daño, incluyendo a un padre ambicioso, el cual podía jurar que había visto en sus ojos los signos de dinero, al saber quién desposaría a su primogénita.

¿Y si Lucia también era una mujer interesada? Ya no le cabía duda alguna de que la respuesta era si, su madre también había sido participe de un casamiento forzado, no había dudado en aceptar como madre a su nuevo y primer yerno rico. No podía olvidar lo fascinada que estaba con él, cuando lo conoció.

Amarrada Al Árabe #1 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora