Lucifer. Trapped

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Imagina: Finalmente Sam, Dean y tú, con ayuda de Cas, habíais conseguido atrapar al demonio conocido como Lucifer, se encontraba encadenado a una silla sin ninguna posibilidad de escape y los chicos habían confiado su vigilancia a ti.

— ¿Estás segura de que quieres vigilarle tú?— preguntó Dean, mirándote un poco extrañado.

— Por supuesto, podéis confiar en mí.— respondiste mientras mirabas de forma asesina a Lucifer, aunque este en cambio te guiñó un ojo y sonrió de lado.

— Está bien, nosotros tengamos que irnos de caza seguramente, pero estaremos de vuelta en unos días.— tú asentiste y viste como Dean se marchaba, luego te giraste a mirar a Lucifer y te acercaste a él a una distancia prudente.

— ¿No vas a soltarme?— preguntó Lucifer sonriéndote maliciosamente y alzando la cabeza para creerse superior.

— No debiste haber salido del infierno.— contestaste tú de vuelta, viéndote visiblemente enfadada.

— Oh vamos, solo quería tomar un poco el aire, cariño.— dijo él, con ese estúpido mote que utilizaba especialmente contigo.— No puedes decir que no me extrañaste.— comenzaba a jugar contigo, pero no ibas a caer en su juego tan rápidamente.

Te acercaste a él, esta vez quedando más cerca tras haber traspasado la trampa para demonios, apoyaste tus manos en sus muslos para quedar cara a cara con él y sonreiste de forma burlona.— ¿Quién iba a poder extrañarte? — preguntaste alzando una ceja.

Él trató de acercarse a ti, pero la cadena de su cuello no le dejó mucho más que quedarse a unos centímetros de tu rostro, entonces pudiste ver su expresión de molestia en su cara, lo cual te hizo soltar una sonrisa sarcástica.

— Creo que si alguien extrañaba a alguien eras tú a mí.— dijiste, acercándote un poco más a él, la separación entre vosotros era ahora mínima, pero no podías evitarlo, es cierto que habías extrañado sus besos.

Él se mantuvo callado, su rostro estaba serio y ya no tenía esa estúpida sonrisa que siempre tenía él, ahora él también deseaba de vuelta tus besos, pero no ibas a dárselos tan fácilmente. Lamiste tus labios lentamente y te alejaste decidida a irte con una sonrisa victoriosa plasmada en la cara, pero él de forma hábil cogió una de tus muñecas, impidiéndote ir, y tirando de ti, provocando que volvieras a la misma posición de antes.

— Oh no, tú no te vas de aquí.— dijo sonriendo de lado.— A no ser qué...— esta vez estaba jugando contigo y tú habías caído, además no tenías forma de escapar de su agarre por mucho que lo intentarás.— Sé que tú también lo quieres, así que no sigas conteniéndote.— mordió su labio inferior levemente y te acercaste decidida a besarle, volviendo a juntar tus labios con los suyos después de mucho tiempo.

El besó se alargó demasiado, provocando que luego de varios segundos tuvieras que separarte para coger aire mientras fijabas tu mirada en sus ojos. Luego te soltó, pero tú no te diste la vuelta y decidiste besarle de nuevo, esta vez un poco más intensamente. Luego te separaste y te alejaste de él pensando en salir de la habitación en la que estaba para comer algo y pensar en qué harías después con él, pero te paraste ante la puerta al escucharle hablar.

— Yo sí te extrañé.— su voz no tenía ningún tono sarcástico o irónico, lo estaba diciendo seriamente y sinceramente, sonreiste levemente y antes de salir de la habitación le dijiste una mirada.

— Yo también te extrañé.

Supernatural One-shots (pedidos abiertos) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora