metamorfosis

capítulo 7: Cena de Navidad

La noche ha caído, una ligera y agradable nevada se cierne sobre Coldville, las familias están reunidas, y salvo algunos, como por ejemplo, los Perkins, disfrutan la fecha, pues aunque la desaparición del señor Richardson llamó la atención del pueblo, no conmocionó tanto a aquellos que no tenían comunicación con la familia Richardson, aunque gran parte de la poca difusión se debe a que no se dieron detalles de lo que realmente sucedió en aquella casa.

Una de las muchas residencias que estaban preparándose para la cena de Navidad eran los Webster, quienes escucharon el timbre de la residencia, quien abrió la puerta fue el hombre de la casa: Arthur, quien al principio solo la abrió un poco, para no dejar escapar el calor, pero cuando vio de quien se trataba no pudo evitar abrirla completamente con alegría al momento que extendía los brazos y expresaba:
-¡Vecino!
-‎Hola, Arthur. -Dijo Armin devolviéndole la sonrisa.
-‎Pasa, pasa, debes de estar congelandote ahí ¿no?
-‎Casi ni lo siento. -contesta Armin aún con una sonrisa confiada.

Los dos entran a la casa, Arthur es quien cierra la puerta, mientras tanto, Armin inspecciona la sala del recibidor.
-Tienes una casa muy bonita. -Afirma Armin.
-‎Muchas gracias. -le contesta Arthur. -admito que no fue fácil tenerla así, costo mucho trabajo, cuando nos mudamos no tenía ni siquiera idea de qué iba a trabajar pero...

-Arthur, no hostigues al pobre hombre. -Dijo una voz aguda que provenía de la cocina, la cual estaba tras una de esas puertas que recuerdan a las cantinas del viejo oeste.
De esa puerta salió una señora, bastante delgada, un poco arrugada, y con una bandana sosteniendo su pronunciado pelo rizado y rubio. La señora tenía una sonrisa bastante grande, pues la situación le hacia gracia.

-Iniciaste un tema que no va a acabar hasta la cena jajaja. -Exclamó la señora a Armin.

-jaja, perdón, es un tema que me emociona. -Dice Arthur sonriendo. -Armin, dejame presentarte a mi esposa. -La señora se acercó a los caballeros, cuando se puso al lado de Arthur apoyó sus brazos en los hombros de él. -Ella es Nancy, la mujer más alegre del país.
-Ay Arthur, me sonrojas jajaja. -dijo Nancy abrazando a su marido.
-Nancy, él es Armin Gein, el hombre que te mencioné que me encontré en el supermercado. -Terminó de decir Arthur.
-Es un placer Armin.
Dice Nancy extendiéndole la mano a Armin, el cuál también extiende su mano y saluda a Nancy.
-El placer es mío, señora Webster. -exclama Armin.

-¿Que tal la bebida que te recomendé?- pregunta Arthur, como para iniciar una conversación.

Por un segundo Armin no supo que decir, pues su "socio" le había cambiado la botella argumentando que era una porquería.

-Pues... No la he abierto aún. -Dijo Armin.

-oh -exclamó Arthur, sorprendido. -pues... No te preocupes, vecino, aquí tengo un par guardadas para nosotros. -le guiñe a Armin.
-...Que bien. -dijo Armin fingiendo una sonrisa.
Arthur le devuelve la sonrisa a Armin, sólo que ésta sí es honesta. Después, checa su reloj, se sorprende un poco y vuelve a hablarle a Armin.
-jaja, vaya, Armin, llegaste temprano, apenas si son las 10.
-No quería venir solo a cenar sin ayudar en algo.
-Eso es muy dulce de tu parte. -Dice Nancy. -pero no te molestes, no es necesario. ¡Todo está saliendo perfecto! -Nancy dice esto último bastante emocionada, tocando el vientre de Arthur mientras lo ve con una gran sonrisa.
-Cenaremos pavo, somos un poco tradicionales, la verdad jaja. -expresa Arthur.
-No serás vegetariano ¿o sí? -Pregunta Nancy. -Digo, solo imagínate que lo seas y nosotros haciéndote cenar...
-Descuide, señora Webster, me gusta la carne. -la interrumpe Armin con una sonrisa.
-Oh, dime Nancy, cariño. -Dice la señora Webster haciendo una seña con su brazo como queriéndole decir a Armin que no se preocupara. -Y qué bueno, entonces seguramente ustedes dos se llevaran bastante bien. -Termina de decir mientras pone las manos en los hombros de Arthur.
-¿Que puedo decir? -Dice Arthur levantando los hombros y las manos a la vez que sonríe. -Esto de aquí no se hizo solo jajaja. -dice tocándose la pansa. -Tengo que admitirlo, soy un fanático de la carne, he comido de todo, res, puerco, ciervo, cabra...recuerdo que una vez comí cocodrilo... Estaba bien ¿que hay de ti?
-Si. -Dice Armin. -Yo también he comido cosas exóticas. -Armin sonríe.