Capítulo 4

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El siguiente día eran las elecciones para la directiva de la sección. Y yo, por supuesto, me postule. Bueno... pedí que me postularan.

-¡Sergio!-le llame yo a mi mejor amigo.

-¿Qué sucede, Jime?

-Necesito que me hagas un favor.

-¿Qué quieres?

-Que me postules para la directiva de la sección.

-Ok. Mira, amiga, eso es quererte demasiado porque la verdad es que no tienes madera de presidenta.

-Se perfectamente que no tengo madera de presidenta, Sergio. Solamente quiero postularme para ver qué sucede.

Se rio y después me dijo:

-Solo por ser bastante graciosa, te daré mi voto, amiga.

El era un loco, pero aun así yo lo amaba con todas las fuerzas de mi corazón, ya que nos conocíamos desde que teníamos siete años y siempre habíamos sido muy unidos.

-Profe-dijo Sergio-Me gustaría postular a Jimena para la directiva de la sección.

<<Te amo, mi vida>> le dije a Sergio tan solo moviendo los labios.

<<Lo sé, mi amor>> contesto chistosamente mi amigo.

Iniciaron las votaciones. Todo iba súper normal, excepto que Daniel solo votaba por mí, y cuando lo hacía me sonreía. Eso, no sé muy bien porque, me hizo sentir maripositas en el estomago y tener una ridícula sonrisa de <<Me estoy derritiendo>>, lo cual me enojo bastante.

Terminaron las votaciones, y yo termine de última. Después de eso, ya estábamos en el recreo y yo me quede sentada con dos amigas.

-¡Alguien tiene un admirador!-dijo Sofía.

-Ah. ¿Enserio? ¿Y quién es la que tiene el admirador, según tu?-dije yo un tanto irritada y preocupada de que se estuviese refiriendo a mí.

-Pues tu, tontita.

¡Mierda!

-Y según tu ¿Quién? Nadie me presta tanta atención como para decir que le gusto.-dije yo, ansiosa por no ser la única que pensaba en eso.

-Daniel, cariño. Ese chico estaba prácticamente babeando en las votaciones ¡Y solo voto por ti! Nadie más.

-¿Enserio crees que le gusto?

-Obviamente, es claro- dijo Mariel, que yacía un rato escuchaba nuestra conversación.

-¿Y tú porque lo dices, Mariel?

-Él fue el primero en escoger la pareja para informática, y, si no me equivoco, te escogió a ti.

Me quede inmóvil ante su respuesta. No podía creer que él quisiera estar junto a mi cuando ni siquiera me conocía ¿Sería que yo le gustaba?

-¿Estás hablando enserio?

Dijo que si con el dedo. No podía creerme que él me hubiese elegido a mí para estar a su lado todo el año, o al menos los miércoles.

-Debió ser un reto o algo así. No creo que él quisiera estar junto a mí todo el año, y, si es cierto que le gusto, ¿Por qué no simplemente me habla?

-No lo sé... ¿Por qué no simplemente le hablas y así averiguas si le gustas o no?-dijo Sofía.

La verdad es que su consejo me gusto bastante, y no sonaba tan irrazonable o tan tonto así que no me pareció mala idea tomarlo en cuenta para sacarle información.

-No lo sé. Creo que lo pensare.

Cuando llegue a mi casa tuve la necesidad de mirarme al espejo. No sabía porque le llamaba la atención a Daniel, o notaba mi existencia, así que decidí mirarme al espejo y ver mis cualidades físicas... para ver si tenía alguna.

Solo vi el reflejo que siempre veía: una chica de un tamaño promedio que bastantes dirían que es pequeño., de ojos castaños de un color intenso y brillante y enormes, de cabello oscuro y largo bastante descuidado y era una combinación entre lacio y colocho, de tez latina y con varios lunares en todo el cuerpo. Yo no tenía nada especial como para llegar a gustarle a alguien que era famoso por solo andar con chicas extremadamente guapas y de una figura excepcional, la cual tenía, pero yo no era tan exageradamente hermosa como sus novias anteriores.

No entendía el porqué todos decían que yo le gustaba, o porque él me había elegido como pareja en informática, o porque siempre me sonreía y me miraba esa manera.

-La comida esta lista, hija-dijo mi madre, interrumpiendo mi pensamientos.

-Un momento, mama. Ya casi bajo-dije recogiendo el espejo que había tomado de su cuarto sin permiso.

Mi Vida Junto a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora