Capítulo 7

90 10 1
                                    

-Le dije que si-le dije yo a Emma

-­ ¿Estás bromeando?

-Nop

-Espero de corazón que no te vaya mal con ese tipo... sabes que no tiene muy buena fama que digamos con respecto a las mujeres.

-Bueno, amiga, gracias por tus buenos deseos. Pero no creo que vaya a ser tan malo. Además, solo me gusta, no es como que lo ame con todas las fuerzas de mi corazón.

Llegue a mi casa. No sabía cómo iba a hacer para ocultárselo a mi mama. De hecho, ni siquiera sabía si iba a ocultárselo. Estaba bastante indecisa. La mejor opción, y la más productiva para mí, era omitir esa información. Pero yo no era una persona mentirosa. De hecho, odiaba a las personas que mentían... ¡No me las soportaba!

-Hola, mama-le dije a mi madre

-Hola, Jime ¿Cómo te fue hoy, hija?

-Eh...-no sabía cómo se lo diría. Era extremadamente evidente que no podría ocultárselo. Pero tampoco sabía si ella me daría su apoyo en esto-Me fue súper bien hoy.

-¡Qué bien!

-Sí...

-¿Te pasa algo?

Estaba aterrorizada. Literalmente ya no sabía qué hacer, y me dije a mí misma que tenía que ser sincera o, si no, me iría pésimamente mal.

-Te voy a decir lo que paso, pero, eso sí, siéntate-dije yo, atemorizada

-OK.

Se sentó y esperó pacientemente a que yo me sentara y empezara a explicarle lo ocurrido.

-¿Recuerdas al chico que te había dicho que me daba como señales de que yo le gustaba, y, que a mí también me gustaba?

-Sí

-Hoy, un compañero le dijo que yo estaba enamorada de él y... él dijo que también estaba enamorado de mí.

Se puso demasiado seria.

-Y ¿Qué paso?

-Yo iba caminando por el planche, y tocaron la campana para entrar a clases e iba caminando por el pasillo cuando... el me paro, me agarro de los hombros, me miró a los ojos y me pregunto si quería ser su... su... eh... su... su novia.

-¿Y tú que le respondiste?

-Pfff... le dije que...-Invéntate algo, Campitos, si se puede-... le respondería mañana-ahora sí, es hora de iniciar la manipulación-.La verdad es que no sabía cómo decirle que no de una vez. Digo, muero por ser su novia, pero no quiero hacer nada sin tu autorización. Y estoy casi mil por ciento segura de que dirás que estoy muy pequeña para tener novio. Es que sus ojos se veían con tanta esperanza... no tenía corazón para apagar esa chispita de ilusión que tenía en sus ojos. Literalmente me daba demasiado miedo decirle que sí sin tu permiso, pero tampoco era capaz de decirle que no a alguien que me gusta tanto. Si lo hubieras visto. Tenía una sonrisa tan hermosa. Legalmente, no puedo describir lo que sentí al tenerlo allí, tan cerca de mí, suplicándome con la mirada que le dijera que sí. Sentí como que se me iba la respiración por una extraña presión en el pecho y que se me iba el alma del cuerpo-Y esa, amigos, soy yo cuando manipulo a las personas, ya que, lo admito, soy demasiado manipuladora-. Pero, ya que. Me tocara decirle mañana que no.

-¿Cómo es ser novios en tu escuela?

-Es como...-en ese momento pare. Por poco le digo de lo que realmente era ser novios en la escuela: apretes, abrazos, andar de la mano siempre, sentarse uno junto al otro, mirarse cada cinco segundos, que te lleven alzada cuando estas cansada, entre otras cosas que mi mama no habría aprobado-... ser mejores amigos.

-¿Sin besos o abrazos?

-No

-¿Sin andar de la mano?

-Tampoco, que patos.

-¿Sin decirse amor, cielo u otros apodos ridículos?

-Repito: ¡Ninguna de las parejas que conozco son tan patas!

-Si es así... te dejo que le digas que sí a ese muchachito.

Me invadió la felicidad en ese momento. Yo sabía que le estaba mintiendo a mi mama, pero yo no tenía la intención de comportarme como una tremenda zorra. Y tampoco estaba muy segura de que ella se llegara a dar cuenta si me comportaba como una así que, no iba tan mal.

-¡Gracias! De verdad eres la mejor mama que existe en el mundo mundial... ¡Te amo!

-Lo sé, hija.

Mi Vida Junto a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora