-Hola-le dije a Daniel.
-¡Hola!-me respondió.
Como estábamos en computo, me senté a su lado... me sentía tan feliz, sentía como que ese era el mejor día de la semana... el día en el que me podía sentar al lado de Daniel y podía percibir su aroma de cerca.
Iniciamos a hacer el trabajo y, en un momento, estábamos hablando de lo que haríamos para programar el juego, y se me ocurrió una idea... tomé el ratón y sentí bajo mi piel la suya... había puesto mi mano sobre la suya... nos miramos y el, desde donde tenía su mano, empezó a acariciarme la mía tierna y dulcemente. Nuestras miradas se cruzaron y una leve risa se escapo de entre sus labios. No era una risa de burla, sino una risa de felicidad y ¿enamoramiento? No lo sé, pero eso era lo que más podía describir aquel sentimiento que tenía en mi interior... estaba enamorada.
Sonreí y me sonrojé un poco después de que él me soltó la mano para que siguiéramos con nuestro trabajo.
Cuando ya habíamos terminado el trabajo de ese día, aun quedaba tiempo para estar un rato en internet así que estuvimos escuchando música en youtube.
-¿Quieres ver mi canción favorita?
-Sí, claro.
Puso una canción en la que, primeramente, no sospeche. Pero note que me miraba con cierta chispa de esperanza y ahí lo note. Me estaba dedicando esa canción disimuladamente. Casi me derrito en ese preciso instante.
-¿Quieres ver la mía?-le pregunte yo, un tanto ilusionada.
-Obviamente.
-Mírala.
Busque la canción más linda que conocía.
El me miro con una ternura tan preciosa y comprensiva, que me dieron ganas de besarlo justo ahí, enfrente de mis profesores. No me importaba nada.
En el receso, estaba caminando cuando vi que Felipe venia corriendo hacia mí.
-¡Jimena!-Gritaba mi amigo, corriendo.
-¿Qué paso?
-Le dijeron
-¿Le dijeron qué a quién?
-Sebastián le dijo a Daniel que estas enamorada de él.
-¿Qué?-dije yo sin aliento y casi llorando.
Recordé de inmediato que yo se lo había mencionado a él, confiando en que nada mas lo escucharía y se lo guardaría. Pero no, evidentemente no se lo había guardado y se lo había dicho. No me podía imaginar la reacción de Daniel al darse cuenta de que yo estaba perdidamente enamorada de él.
Me fui corriendo de allí y casi me pongo a llorar.
Tocaron la campana para entrar a clases y casi lloro por tener que verlo y aguantar sus burlas.
Iba caminando por el pasillo cuando Daniel me agarró de los hombros y me miro a los ojos.
Pensó un poco antes de hablar, pero finalmente dijo:
-¿Quiere ser mi novia?
No hay manera de describir lo que sentí en ese momento. Sentía que me faltaba el aire y que se me paro el corazón. Me enamore aun mas en ese momento de aquella persona que me miraba con tal ternura y amor que me hizo querer derretirme en tus brazos.
-Eh... le respondo más tarde-dije, sabía que era una respuesta patética pero eso fue lo único que pude decir durante una hora.
Cuando estábamos en el comedor, me acerque a él.
-Si-le dije yo.
El me miro, pero no estoy segura de que me haya escuchado.
Después de eso, fui hasta la clase y el ya estaba allí. Steven se me acerco y me dijo:
-Mae usted sí que es rata-dijo Steven.
-¿Por qué?
-Porque no le ha contestado al pobre Daniel.
-¡Le conteste en el comedor!
-¡El me dijo que no le había contestado!
-¿Y qué quiere? ¿Qué le vuelva a contestar? ¿O que, rasta?
-No estaría nada mal. El no te escucho y no son nada.
-OK.
Sonó la campana para ir al receso y yo salí para pensar un poco más. Estuve caminando todo el receso y analizando la situación. Al fin me decidí.
Entre a la clase antes de que tocaran la campana para regresar al salón para recibir clases. Me quede en la puerta, esperando a que llegara.
Vi que estaba entrando y lo agarre de la sueta, baje su cara hacia la mía y acerque nuestros labios para que se rozaran y con una sonrisa dije:
-Sí.
El sonrió y me miro con un amor indescriptible. Por sus ojos pasaban uno y mil pensamientos que yo quería descifrar, pero no pude.
No dijo nada, solo tenía una sonrisa exageradamente hermosa y sus ojos brillaban más que mil estrellas. El estaba tan enamorado de mí como yo lo estaba de él.
Nunca creí que me enamoraría de esa manera de una persona. No sé si quiera como describir lo que sentí. Era como una presión en el pecho que no me permitía respirar y una leve sensación de desmayo, sentía los latidos de mi corazón y creía que, de hecho, se me saldría en cualquier momento.
Lo que yo sentía al saber que era la novia de Daniel Mendoza era indescriptible. En ese momento fue en el que descubrí lo que realmente era el amor, sentí algo que jamás en mi vida había sentido.
Sus ojos eran lo que más amaba de él. Eran hermosos: su brillo de esperanza y felicidad está grabado a fuego en mi cabeza.
Fue a sentarse a su lugar porque ya iba a iniciar la clase.
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Mi Vida Junto a Ti
Novela JuvenilJimena Campos, una chica como cualquier otra que solo busca su cuento de princesas. Tan solo una niña inocente. Daniel Mendoza, un chico que tiene una increíble cara de póker, dispuesto a engañar a cuantas chicas quiera. Ellos dos suenan a un clási...