C a p í t u l o 2

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Hola, Isabella.

«—————»

La brisa golpeaba el cristal de la ventana, Isabella no dejaba de pensar en aquel incidente. Que te roben tu dignidad y virginidad no es algo que se olvide de la noche a la mañana. Desde hace días cerrar los ojos se le había vuelto una completa tortura, cada vez que cerraba sus párpados era revivir aquella escena una y otra vez.

La idea de que podría salirse de sus cabales en cualquier momento cruzó por su mente un millar de veces. Cada vez que hiba a ducharse pasaba horas en la regadera, se sentía completamente sucia y avergonzada. Le asqueaba y le dolía el solo ver su cuerpo, el cual cambió debido a que pasó de ser una adolescente a ser una mujer a causa de la violación.

La policía estaba tras los pasos del violador, aunque apenas tenían el rastro de sus fluidos masculinos, la tecnología no era suficiente como para dar con el propietario y hacerlo pagar por hacer tal aberración.

—Isabella, ¿Podrías decirnos el cálculo de la diferencia de cuadrados perfectos?— preguntó la maestra Cooper sacándola de sus pensamientos.

Isabella tragó fuertemente saliva, no sabía una respuesta concreta para la pregunta, pero decidió hacerlo o si no, un mal reporte pasaría a manos de sus ahora adoloridos y desconcertados padres.

Respiró profundamente, e improvisó:

—Se extrae la raíz cuadrada al minuendo y al sustrayendo se le multiplica la suma de raíces cuadradas por la diferencia entre la raíz del minuendo y el sustrayendo. En los casos especiales, se pueden hacer como ensayo y error, debido a que tiene más numeración y algebrización que el contenido en sí —enfatizó. Las clases extras que recibió en el campamento matemático del año anterior le hicieron de mucha ayuda.

Isabella se sorprendió al ver que la maestra tenía los ojos muy abiertos, y sus compañeros de salón la escrutaban con la mirada como diciendo: «Maldición la bicho raro es una nerd».

Ella odiaba ser el centro de atención, si no tenía amigos era porque su hermana Lauren se los quitaba. Ambas eran tan iguales pero al mismo tiempo tan diferentes. Lauren pasó de ser esa chica hermosa y bonita a ser una chica que combiaba estilos punk, dark y de semblante antipático y grosero, pero eso no impedía hacer y quitarle los amigos a cualquiera que se cruzara en su camino, incluyendo a su propia hermana. El vestir de Lauren solo consistía en ropa sintética y muy ajustada de color negro o verde musgo, tenía algunas perforaciones en su rostro y tatuajes de índole satánico en sus brazos, pierna y espalda, algo que surgió de repente ya que Lauren nunca había vestido de esa manera.

En cambio Isabella nunca cambió, desde pequeña siempre fue tímida y un tanto reservada, siempre vestía ropa olgada y siempre usaba sus lentes de pasta, sus calificaciones siempre fueron excelentes pero no tanto como las de Lauren... y de allí surgió el orgullo y prepotencia hacia Isabella.

—Vaya... —la maestra rascó su nuca nerviosamente —no esperaba a que supieras la explicación completa, felicidades, espero que sigas así —tragó profundo, ella nunca daba alagos, ni mucho menos a sus alumnos.

Isabella dió un suspiro de alivio, se había librado de esa, pero no esperaría otro llamado de atención, así que empezó a prestar la debida atención a la clase.

—Sigamos —por fin la maestra se dirigió ahora a la clase en general.

Las horas pasaron rápido y llegó la hora de salida.

¿Acaso no me amas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora