Abrir los ojos (Moisés)

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No lo entiendo, todo estaba tan bien, Zipora y yo nos disponíamos a arreglar nuestras cosas para irnos de palacio cuando de la nada la vi desvanecerse y rodar las escaleras.

Estaba muy confundido, apenas tuve tiempo de reaccionar cuando Ramses ya se encontraba a mi lado, tomando a Zipora en sus brazos y sacandola de la habitacion.

Aun confundio lo segui, cuando vi que se dirigia con Paser tuve que detenerlo, no podia permitir que Paser invocara a los dioses de Egipto para ayudarla.

Vi como Ramses aun molesto llevo a Zipora a sus aposentos, diciendo que estaria mas comoda allí.

Sali de los aposentos de Ramses para pedirle a Dios que ayudara a mi esposa, Paser se quedo revisandola con la orden de no utilizar pociones ni ningun otro instrumento relacionado con los dioses.

Ahora me encuentro aqui, sigo resando por Zipora que lleva horas sin reaccionar, no puedo ni verla, me siento tan culpable, si yo no le hubiera dicho que me acompañara a Egipto nada de esto estaria pasando.

¿Te encuentras bien? - me sorprendí mucho al escuchar a Nefertari.

No lo se -le conteste.

Vi como se sentó a mi lado, se quedo mucho tiempo callada, me levante dispuesto a alejarme de ella, su presencia y cercanía aun despiertan cosas en mi y eso no lo puedo permitir.

Antes de que pudiera ir muy lejos su voz me detuvo.

Es muy extraña la actitud de Ramses, lo veo muy interesado en tu esposa, al igual que estuvo interesado en mi, me atreveria a decir que muchos mas- ten cuidado dijo y agregó- tu sabes de lo que Ramses es capaz de hacer para.conseguir lo que quiere.

Me aleje rápidamente de alli, lo que ella dijo no tenia sentido, hace.mucho tiempo Ramses y yo ya nos disputamos el amor.de Nefertari y ahora que él la tenia, no puede ser posible que quiera quitarme a Zipora.

Debe tratarse de un error, son simplemente celos de Nefertari, por no poder llamar la atencion.

Me repito esas palabra una y otra vez, mientras me dirijo a los aposentos de Ramses, es necesario que Zipora se recupere pronto para cumplir la misión que Dios me encomendó, pero cuando por fin llego a la puerta la imagen delante de mi me deja sin palabras, Ramses se encontraba dormido al lado de mi esposa, sosteniendo su mano.

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