Cosas Extrañas (Zipora)

911 37 9
                                    

Al despertar y tratar de levantarme no pude hacerlo, sentí un dolor tan grande en mi tobillo,

Ramsés no permitió que saliera. De sus aposentos y después de declarar que me quedaría allí hasta que estuviera bien y que su esposa saliera corriendo indignada de la habitación mando a llamar a Paser quien luego de revisarme determinó que debido al golpe sufrido no podria ponerme de pie y sostenerme por mi misma durante un largo rato.

Al escuchar esto Moisés pidió que nos dejaran un momento a solas.

Sabes lo que esto significa - dijo y pude notar su molestia. Dios me encomendó una misión, tenemos que regresar a la villa para poder cumplirla, así que debemos solucionar esto e irnos de aquí.

No podía creer lo que escuchaba, se que la misión encomendada por Dios era muy importante pero aún así note lo poco que mi esposo se preocupo por mi salud.

Trate de levantarme nuevamente pero fue imposible.

Al ver esto Moisés quien estaba dando vueltas por toda la habitación se detuvo.

No puedes moverte de palacio, en la villa no tenemos las medicinas con las que cuenta el sumo sacerdote y que ayudarán a tu pronta recuperación y yo ya no puedo seguir posponiendo mi misión, lo mejor para todos especialmente para ti es que permanescas aquí. Confío en que Ramsés en nombre del gran cariño que nos tenemos dejara partir a mi pueblo y que por fin sea libre. Se que aquí no sifrirar ningún daño, se que esto no es como lo planeamos pero es lo mejor. Espero que tu presencia aquí no causen problemas, no se si pudiste darte cuenta pero Nefertari no esta contesta con tu presencia y temo que quedandote aquí le causemos algún daño. - dijo Moisés mientras yo lo escuchaba atentamente.

Me molesto mucho el hecho de que él estuvo más pendiente de la reacción de Nefertari que de mi propia salud, pero me alegro el hecho de que entendiera que lo mejor era que yo me quedara en palacio.

Después de hablar con él por un rato, llegamos a la conclusión de que lo mejor será que permanezca aquí y que él y mis hijos regresen a la villa.

Salió de la habitación dejándome sola con mis pensamientos, al esto regreso con el faraón quien ya estaba enterado de la decisión de mi marido.

Mis hijos llegaron a despedirse y con la promesa de que en poco tiempo estaría de regreso con ellos se marcharon de palacio junto con Moises.

A pesar de que le pedí al faraón que con la ayuda de los soldados me llevara de regreso a la habitación que tenía con Moisés este de negó a hacerlos.

No te preocupes, lo lejos es que permanezca en esta habitación así podré estar más al pendiente de ti, no me perdonaría que algo te sucediera, además Moises me pidió que te cuidara -contestó el faraón a mi petición.

De repente la Reina Nefertari entró a los aposentos, pidiéndole al faraón que me sacra de allí y que me mandara a dormir con las demás mujeres que vivían en palacio.

Pero éste se negó. Le dijo que debía ser ella quien fuera con las otras mujeres ya que yo permanecería en esas habitaciones hasta mi recuperación.

La reina salio de la habitación muy molesta y el faraón fue tras ella.

Al estar sola el cansancio me venció y me quedé dormida, a lo lejos escuche unos ruidos que me despertaron, cuando abrí los ojos me tope con el faraón quien se encontraba sentado en una silla y frente a él una mesa con diversos alimentos, cuando el olor se la comida me llegó me di cuenta que no había comido en todo el día y que tenía mucha hambre.

Cuando él noto que me había despertado me preguntó si lo acompañaba a cenar a lo que respondí que si, trate de levantarme olvidando mi accidente, cuando intente apoyar el pie me dolió mucho y emití un grito.

Ramsés se acerco a mi, me dijo que no me  moviera que el se encargaría de todo y tomándome en sus brazos me levanto de la cama y me llevó a las sillas que estaban junto a la mesa.

Me quedé muy sorprendida por su acción más al observar que él servía mi comida, me exteaño no ver ningún sirviente, Moisés me había contado historias de su hermano y siempre decía que él no movía ni un solo dedo y que todo era realizado por los sirvientes de palacio así que no entendí porque el faraón se comportaba de esta manera.

Cuando terminamos de comer llamó para que los sirvientes levantarán todo, al rato llegó Paser quién me aplicó una pomada que calmo un poco el dolor en mi pie dándome una sensación fresca en la piel.

En ningún momento vi a la reina, pero no me atreví a preguntar por ella, se por su mirada que ella aún siente cosas por Moisés y eso me molesta de sobremanera.

Al ver que ya era muy tarde y que él faraón no se retiraba de los aposentos aún que con mucha pena de ofenderlo le pregunté si ya se iba a retirar ya que estaba muy cansada y le pregunté que donde dormirá él, disculpándose por hacer que no durmiera en su cama.

Se me quedó viendo de una manera mu extraña, se levantó, me tomo nuevamente entre sus brazos y me llevó a la cama, una vez se hubo asegurado de que estaba cómoda y que gracias a la pomada de Paser el dolor no era tan intenso, me dijo algo que nunca creí escuchar

Creo que te equivocas - dijo. Estos son mis aposentos y no entiendo porque no debería dormir en ellos.

Cuando terminó de decir esto quede muy sorprendida, le dije que él no podía hacer eso, que el que él y yo durmieramos en la misma habitación estaba fuera de toda lógica, que ambos estábamos casados y que no creía que a ninguno de nuestros esposos le gustara la idea, además le recordé que los sirvientes podría hablar y no queria que todo se malinterpretara.

Al verme tan nerviosa solo sonrió, me dijo que no me preocupará que au lado estaría segura, él dormirá en una pequeña cama que no había notado que los sirvientes habían llevado a la habitación y que no pensara en la habladurías, cualquiera que se atreviera a insinuar algo seria severamente castigado y que él le había prometido a Moisés estar al pendiente mía y que eso haría.

Sin dejarme decir nada más apago las velas y se acostó. A pesar de estar nerviosa al rato debido al cansancio nuevamente me quede dormida, lo más extraño es que soñé con un niño que decía una y otra vez que deseaba que le enviaran a una mujer que lo amará y no pude evitar notar el parecido de ese niño con el faraón.

————————————————-—
Hola a tod@s.

Ramsés logró su cometido, en el próximo episodio veremos como reacciona a la petición de Moisés de liberar al pueblo hebreo.

Nos leemos en otro capítulo de Amores Invencibles.

Saludos

Amores InvenciblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora