Capítulo 5

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A la mañana siguiente, Yoongi me abraza, trato de huir de sus brazos de manera sutil, como si eso realmente pudiera hacer, pero no lo logro, se ha puesto a horcadas sobre mí y con sus nudillos me está presionando el costado, el mismo lado que días anteriores me ha golpeado, es tan delgado que sus huesos me lastiman, dejo de resistirme, en verdad me duelen sus huesos, al ver que estoy cediendo y que ya no me resisto, se baja el bóxer y me muestra su miembro para que lo chupe, lo hago, ya no quiero más golpes, ni más humillaciones, aunque eso es imposible, he aprendido que es mejor hacerlo que se corra a tener que coger con él.

Cuando termina, se baja de mí y de la cama, se va al baño a ducharse, caigo al piso al querer levantarme, esto cada vez es más difícil para mí. Tomo papel y me aseo la cara, más humillante no puede ser esto, si caigo es porque mis piernas las siento débiles, este miedo empieza a crecer cada vez más, mi frustración, mi coraje por él, saber que aún lo quiero, mis dudas por saber, el por qué o el cómo llegamos a este punto.

No sé en qué momento las cosas se fueron a la mierda, en qué momento perdimos el respeto, el uno por el otro. No sé qué hacer, estoy frente al espejo recargado con ambas manos en el tocador mirándome, mi mirada está triste, mis ojeras un poco más pronunciadas, estoy hasta pálido. Yoongi sale del baño con una toalla en la cintura y me mira en el reflejo del espejo. No decimos nada, solo nos miramos.

Se acerca a mí y enseguida me enderezo, no dejamos de vernos frente al espejo, se pone justo detrás de mí y me rodea con sus brazos la cintura.

-Te ves pálido, ojeroso...

Me miro al espejo, sí, lo sé. Roza mi brazo y sigo el camino que recorre en el mismo reflejo.

-Aun así, eres hermoso.

Lo veo a los ojos en el espejo, me sonríe, me toma el mentón y me besa, no lo rechazo. Me da una nalgada y me manda a bañar, lo hago, cuando salgo de la ducha, lo veo arreglado con un traje negro que le sienta muy bien.

-¿Vas a salir?  -Le pregunto.

-Vamos. ¿No recuerdas que hoy tenemos una boda?

-...Lo olvidé.

-Pues yo no, apúrate para que nos dé tiempo.

Me he cambiado más de 5 veces porque a Yoongi ningún traje le gustaba, para variar estoy frustrado, traumado y encabronado. Sin embargo, llegamos a la fiesta, donde saludamos a todos con una gran sonrisa, sé que esta fiesta es de sus colegas del trabajo y que debe quedar bien, me conviene mucho que tenga pronto trabajo, entre más tiempo pase sin trabajo, más atención me pondrá y es lo que menos necesito. Nos tomamos innumerables fotos, en todas ellas sonreímos, las mejillas me duelen, nos tomamos unas cuantas él y yo para que las publique en sus redes sociales.

-Voy al baño.

-Ni se te ocurra escaparte o tardarte o continuaré lo de en la mañana.

-No tardaré, lo prometo.

Me miro en el espejo del baño a la hora que me estoy lavando las manos, peino mejor mi cabello, pues el golpe que tengo en la frente del lado derecho se empieza a ver, no está inflamado,  pero si rojo, nadie debe saber que Yoongi me golpea, si la prensa se entera, mi familia también lo hará y no pienso hacerlos pasar por algo así.

Mis lágrimas quieren salir, pero respiro profundo evitando que salgan, saco de mi bolsillo trasero un ungüento que desinflama, me levanto el cabello y me lo pongo, escucho ruido y enseguida me acomodo rápido el cabello, veo que es Yoongi.

-Te dije que no tardaras.

-No me estoy tardando, estoy reparando tus pendejadas.

Se acerca, me giro para tenerlo frente a mí, pero no soy lo suficientemente rápido, recibo una bofetada de su parte, es tan fuerte que me gira por completo y puedo recargarme en el lavabo del baño. Me sujeta de las solapas del saco para enderezarme, me arregla el saco, me peina el cabello, pues sé que se ha desacomodado y se ve el chichón que traigo.

Mil maneras de amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora