Capítulo 27 • Lo siento .

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Parecía que en verdad la felicidad en mi vida era sólo por momentos y que siempre tenía que estar atenta para no caer nuevamente en el poso del comienzo. Por esa razón era de sentimientos duros, por miedo, ya que sabia que algo tarde o temprano debía pasar. Nunca debí haber bajado la guardia.

Pero es que estaba por fin tan bien, tan realizada, feliz y completa y todo ese mundo del que me deje llevar se derrumbó en tan solo una tarde, tomándome desprevenida.

Durante una de los pocos almuerzos que podíamos tener en ese momento con mis niños y mi amiga sentía que sonaba mi teléfono pertinentemente, por lo que deje de comer y fui a buscarlo al living. Cuando contesté me di cuenta que era la voz de mi hermana casi sin habla y ahogada en llanto, tratando de decirme algo .

Me senté en el sillón y trate de calmarla para que pudiera comunicarse con claridad, ya que no podía entender lo que decía, cuando por fin se logró calmar su tierna voz dijo fuerte y claro. Dejándome sin habla .

- Chi....Papa falleció.-

Esas palabras desgarraron mi alma y corazón. Mis ojos se inundaron de lágrimas y no podía moverme o hablar, me sentía derrotada, abatida. Sin fuerzas. La noticia había debilitado por completo mi cuerpo hasta que tomé aire y pregunté por nuestra madre, al escuchar que estaba tratando de enfrentar la pérdida de su compañero de casi toda la vida, comencé a llorar a gritos sin poder contener más la tristeza. Comprendiendo su sufrimiento .

Altere sin querer a los muchachos y a Kyungso que vino corriendo a ver que era lo que me pasaba. No podía decirle en ese momento porque estaba de esa manera, puesto que estaba escuchando lo que mi hermana trataba de decirme, por lo que solo pude aferrarme desesperada a su mano .

Graciela- Chi mama no va a poder sola, nuestro hermano mayor acaba de tener familia nuevamente y no se puede mover de donde está. Su esposa tuvo un embarazo complicado y necesita estar con ellas, yo aún soy pequeña y no puedo salir a trabajar para mantener la casa, el único pilar era nuestro padre. Pero ahora no está, necesitamos que vuelvas, esto es demasiado  y tengo mucho miedo por mama .-

-Esta bien sólo espera un poco, déjenme solucionar las cosas aquí y en la brevedad estoy con ustedes, no te preocupes ¿esta bien? no las voy a dejar solas .-

Graciela- Por favor, te necesitamos, eres lo único que nos queda. -(Me decía en sollozos).-

Al finalizar la llamada, con algo de fuerzas le conté a los chicos lo que había pasado y aun aferrada a Kyungso no podía parar de llorar. Acababa de perder a mi padre, pero también estaba a punto de perder al amor de mi vida y a los chicos con los que había forjado una gran amistad. Por lo que sintiendo el olor de su cuello pensaba en lo cruel que era la vida conmigo, siempre estaba encariñada con algo o alguien, establecida en un lugar la vida se encargaba de arrebatarme todo, quitándome sin reparo de las manos lo poco que conseguía .

Cuando me llene de odio y la tristeza se apaciguo me incorporé y fui al refrigerador en busca de lo mas fuerte que hubiera para tomar. Dejando a perplejos a los presentes, ya que nunca tomaba alcohol si no era un evento especial.

Al verlos mal por mi culpa volví a llorar desconsoladamente, me negaba a abandonar todo lo que había logrado con ellos para que todo se volviera sólo un simple recuerdo. Pero mi madre y mi hermana menor me necesitaban, así que no tenía más opciones que dejarlo todo y volver a mi país...

Chanyol- ¿No las puedes traer? aquí hay mucho lugar para dos personas mas, y son bienvenidas si son de tu familia.-

-Mi hermana aún está cursando la secundaria y no quiero hacer lo mismo que mis padres conmigo, alejarla de lo único que tiene, no quiero que sufra lo mismo que yo. Además no saben hablar coreano y seria difícil para ellas adaptarse, sumado a que seria un rotundo no de nuestros jefes. Podría alquilar una casa para ellas, pero aun así, esta de por medio la adaptación y el idioma .-

Un día a la vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora