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¿Alguna vez has sentido que tu vida es una total mierda?.

Pues así me siento yo cada día de mi reputicima vida.

¡Hola personitas que habitan en mi mente!, ¡Mi nombre es  Mauricio Alejandro Gomez Pérez Rivera un mexicano macho, pecho peludo y luchon!.

¡Y esta es la historia de como yo valgo verga la mitad del tiempo!.

En un mundo donde él 80% de la población tiene una habilidad o Kosei existe un simple lugar donde a la mayoría le valdra  verga si tienes uno o no.

América latina o mas especifico México... Un lugar donde el 60% de la población tiene algún kosei u habilida especial... El otro porcentaje solo es gente común que te meterá un puntazo si les faltas él respeto.

En México y en toda latinoamérica las cosas son muy distintas a la del resto del mundo, tener un Kosei no te vuelve poderoso o admirable. ¡Al contrarió solo eres una persona más del montón!.

¡Felicidades compa' valiste verga si tienes un Kosei y te crees la mera verga!, acá en latinoamérica valdrás tres cuartos de pura mierda.

En mi ciudad y en todo Mexico se sabe que las personas sin Kosei son la mera verga y a ellos si se les respeta, no tener una habilidad o poder y lograr ser alguien te vuelve en una persona que en un futuro no muy lejano  que tendrá un pedestal de oro.

¡Y aquí es donde entro yo!, un joven mexicano con un Kosei peculiar, Mi madre al ver que no tenía un futuro en México me  mandado a japon para si hacer al fin algo con mi puta y miserable vida.

—¡No quiero!—Grite a mi Pa' bastante molesto, no iría a Japón a estudiar.

¡No soy Otaku por dios!, ¡No se japonés!, ¡NO HABLO TAKATAKA CHINGADO!.

—Dile a tu madre —Mi padre un hombre de porte tranquilo y de ojos oscuros mirba él periódico con interés, me ignoro como de costumbre y yo solo pude suspirar.

—Ma', no quiero ir a un lugar donde valdre verga—Intente hablar lo las calmado, estaba bien molestó a decir verdad.

—Al diablo contigo mocoso—Ella tomo su cucharón en forma de amenaza y yo me asuste.

Mi madre era una persona sin Kosei a diferencia de mi Padre él cual si tenía, mi mami al igual que la gente sin hablilidad era muy temida cuando se enojaban. Más si era una madre macha que te dará un puto golpe si te niegas a sus órdenes.

—¡Con la cuchara no!—Grite asustado, corrí a mi habitación a empacar todo lo que necesitaba para ir a Japón.

Puta madre no quiero irme de mi casa, no quiero dejar a mis amigos y tampoco quiero dejar mi hermosa Guadalajara, no quería dejar de ver los hermosos ríos y los ranchos de mis familiares, tenia demasiado aquí para dejarlo por un simple capricho de mi madre.

Gruñi con tanta fuerza que parecía un perro rabioso listo para atacar al primero que se atreviera a tocarle los cojones.
Tome una maleta que mi Madre había dejado en mi cuarto y comencé a empacar varios cambios de ropa, mis cargadores, mis audífonos, entre otras cosas.

No se a que horas termine pero al ver como mi habitación había quedado casi vacía por mi culpa un feo nudo en mi garganta se formó, no pude evitar cubrir mis ojos negros con mis manos, una mano en mi cabeza y jale con fuerza mis cabellos negros, solté otro suspiro y con cuidado me acosté en mi cama para esperar como mi día se iría una vez más a la mierda, solté un fuerte grito para acomodarme un poco mejor, solo cerre los ojos esperando a que fuera de día.

Mire con atención él lugar, apenas podía procesar todos los sentimientos que había reunido en un par de segundos.

No sabia como describir él dolor de mi pecho al ver como pronto me iría de mi hermoso hogar.
Mire como mi madre intentaba aguantar las lágrimas de cocodrilo y mi padre, bueno él siempre vale verga por lo cual no hay necesidad de preocuparse.

—Cuando llegues a Tokio un señor muy bueno te recojera—Comentó mi padre y yo solo asentí levemente.

—¿Tienes todo listo?—Preguntó mi madre metiéndose en la conversación.

—Si mamá—Conteste tranquilo.

—¿Ropa?

—Si...

—¿Tu teléfono?

—Si.

—¿Tus medicinas?

—¡Mamá me estas avergonzando!.

Era de día y hace apenas una hora había llegado al airopuerto para tomar rumbo a mi nueva vida, estaba avergonzado por culpa de mi Jefa, pero al ver a mi alrededor podía ver como varios estudiantes como yo se despedían de sus madres así que me sentí más tranquilo.

Pasajeros del Vuelo 2736 por favor vallan a su vuelo correspondienteLa voz mecánica que anunciaba él vuelo a Japón se escucho por todo él lugar.

Solté un suspiro y tome mis cosas con malestar, mire a mi madre y con una mirada triste me aleje del lugar sin decir nada, no tenia la necesidad de despedirme.

Por que con una sola mirada dije todo lo que tenia que decir.

Había llegado al fin a mi vuelo, me senté en mi lugar y solté un fuerte suspiro al ver como a mi lado había una anciana de la mediana edad y un gordo que equivalían a más de tres tipos.

Solté un suspiro al ver como pronto valdría verga una vez más, solo le pido a la virgen que me cuide y me de paciencia.

¡Vale verga!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora