El monstruo está suelto: Pretendientes innecesarios.

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Los días posteriores al incidente con el villano en aquella plaza pasaron de manera tranquila. Ambos jóvenes reportaron los acontecimientos a su profesor sin saber que éste ya estaba completamente enterado de la situación por la que ambos habían tenido que pasar; por lo que tras hacerlo, recibieron la promesa de ser recompensados y al mismo tiempo fueron vagamente elogiados por el pelinegro que a regañadientes [aparentemente] les dio las gracias y les mandó de regreso a sus respectivas clases.

Regresando a lo que acontece actualmente: las vacaciones están ya a la vuelta de la esquina, solamente dos días y sus preciadas vacaciones de primavera serán una realidad. Por lo que con motivos de ese memorable suceso, los alumnos de ambas clases acordaron celebrar una pequeña fiesta en los dormitorios de la clase A el viernes por la tarde y con ello llegamos al presente, donde todos los alumnos del curso de héroes y el de apoyo yacían juntos formando un círculo en la sala de estar; cuchicheando entre ellos animadamente hasta que alguien tuvo la tenebre idea de la noche.

—¡Juguemos un juego divertido! –Declaró Ashido en voz alta, recibiendo una respuesta mayoritariamente positiva de parte de todos los presentes.

—¿Qué jugaremos, chica alien? –Le cuestionó de forma inusualmente amable Monoma a la chica de rosada piel.

—¡Verdad o reto, obviamente! –Respondió eufórica, mirándolos a su vez expectante.

—¡Eso es Mina-Chan! –Canturreo Kaminari quien había estado utilizando indiscriminadamente su Kosei para llenar la batería de varios celulares.

—¡Juguemos! –Vitorearon todos, dando inicio al juego.

—El primero será... ¡Todoroki-kun! –Le señaló y el aludido fue observado por todos los demás.

—Verdad. –Respondió sin más, robándose algunos suspiros femeninos y no tanto de la clase ajena.

—¿Qué clase de chica es tu ideal? –Los ojos de todos parecían realmente interesados en la respuesta.

—Pues...–Pareció pensarlo un poco, ante la ansiosa mirada de todas las jóvenes sin excepción. —No tengo algo como eso específicamente, más bien alguien de estatura más baja que la mía, con grandes ojos expresivos y brillantes, actitud decidida pero dulce y con una gran inocencia. –Las chicas que le escuchaban con total atención se miraban entre ellas, buscando desesperadamente a quien se acercara lo mayormente posible al no ideal establecido del heterocromatico, cayendo en cuenta de que no había ninguna joven con tales características. No fue hasta que volvieron su mirada al aludido que se dieron cuenta de una cosa, todos, TODOS los chicos miraban a un sonriente Midoriya quien parecía no enterarse de nada y que al mismo tiempo encajaba perfectamente con la descripción, cosa aprovechada por Mina.

—Así que.... ¿Midoriya-kun es tu tipo ideal? –Cuestionó casi al punto de picarle las costillas.

—Si. –Respondió sin más, dejando de piedra a muchos de los presentes debido a su manera tan directa de plantear las cosas.

—B-bueno... ¡El siguiente es Bakugou! –Gritó nuevamente animada la de rosados cabellos en punta.

—¡No me metas en esto, alíen de mierda! –Se quejó mirándole de mala manera.

—¡Vamos, Bakugou! Solamente esta vez. –Se pudo escuchar un gruñido que ella interpretó como un consentimiento y prosiguió. —¿verdad o reto?

—Reto, ¡apurate, mierda! –Le exigió, esperando impaciente a que terminase su turno en ese juego de extras que tan estresado le ponía.

—¡Te retamos a sentarte en el centro del circulo junto a Midoriya-kun y tomar su mano hasta que yo diga: basta! –Y se hizo el silencio. Nadie decía nada, incluso podría creerse que ni siquiera respiraban.

La mirada molesta e incrédula de Bakugou Katsuki les indicó a todos que era momento de correr si querían conservar su integridad o eso fue hasta que la siguiente frase saliese de los labios de Ashido:

—¿Tienes miedo del reto, Bakugou? –Nadie quería mencionar nada, querían vivir y sin embargo esperaban temerosamente a que Katsuki no terminara matando de una explicación en la cara a la bajita por lo atrevida e imprudente que ésta podía llegar a ser.

—Que molestia, malditos extras...–Expresó en un gruñido feroz a la par que se encaminaba hasta donde el pecoso yacía [con Shinsou a un lado] y le tomaba de la mano con la misma fuerza en que sus pisadas hacían eco en el lugar y le sentaba obligatoriamente en una silla a la mitad del circulo de gente, y sin mirarlo a la cara, apretaba su mano con todos y cada uno de sus dedos entrelazados con los ajenos.

Izuku no sabía que hacer, para donde mirar o si, siquiera tenía permitido respirar con normalidad. Pues a fin de cuentas de trataba de Bakugou y cualquier cosa podría pasar después de aquello.

En momentos como ese, realmente le gustaría que Mina fuese un poco menos atrevida con las cosas que hacía. Todos miraron la escena incrédulos, compadeciendo al pobre peliverde que se mantenía con la cabeza gacha, aparentemente apenado y repleto de temor.

—¡Eso es muy masculino, Katsubro! –Le alabó Kirishima al mismo tiempo que como algunos otros pequeños suicidas comenzaba a tomar alguna fotografías, inmortalizando el gran suceso en aquella fiesta.

—¡Ahora es turno de Shinsou! –Todas las miradas pasaron del BakuDeku al ojeroso de la clase B quien como de costumbre se había mantenido en silencio aún y cuando le habían [prácticamente] arrebatando a su acompañante. Él se limitó a asentir, esperando a que le dieran su sentencia. —¿Verdad o reto?

—Verdad. –Declaró de forma grave y fría.

—¿Estás enamorado de alguien en éste lugar? Y de ser así... ¿Estarías celoso si es que le llegase a tocar alguna pregunta o reto comprometedora a esa persona? –A veces nadie podía entender el nivel de valentía o estupidez que Mina Ashido poseía. Pues en solamente unos cuantos minutos había hecho preguntas y retos impensables a dos de los chicos menos accesibles de toda UA sin ningún tipo de vergüenza, y ahora ¡Shinsou! Vaya, no sabían si llamarla héroe o villana debido a su actuar.

—Si, y de hecho ya lo estoy. –Respuesta breve y concisa pero que al mismo tiempo dejo a más de uno con la boca bien abierta. Pues tomando en cuenta la respuesta, el hecho de que se trataba de Shinsou Hitoshi y que los únicos que se encontraban cumpliendo las consecuencias del juego eran Bakugou Katsuki, Shoto Todoroki y por ende Midoriya Izuku; reducía por mucho las posibilidades, dándoles a todos los presentes la opción de imaginar con más facilidad de quien se encontraba enamorado el pelimorado.

—¡A eso se le llama valentía! Pero no te preocupes, Shinsou-kun.... ¡Te prometemos que tendrás oportunidad con tu chico muy pronto! –Hitoshi no dijo nada, simplemente la miró y asintió apenas de manera perceptible. Pues él lo sabía, nadie podía engañar o escapar de Ashido cuando ésta daba un dictamen de aquel nivel. —¡Ahora sigamos con... Yaoyorozu-chan!



Aizawa-sensei es ShinDeku shipper.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora