Capítulo 1

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El sol era cubierto lentamente por las nubes indicios de que mas noche llovería, Hoodie y Masky caminaban adentrados en el bosque durante la tranquila tarde explorando el lugar para informar al operador de cualquier anormalidad que se llegue a presentar y expandir su territorio de caza aventurándose más allá, se sentaron en el tronco de un árbol caído a las orillas de un claro observando el cielo eran aproximadamente las 5 o 6 de la tarde y la luz que se filtraba entre las nubes les beneficiaba.

–¿Crees que trabajemos bajo la lluvia?– Preguntó Hoodie suspirando y tomando un poco de agua observando alrededor y grabarse el paisaje.

—Espero que no, el bosque es más traicionero cuando llueve y aún más si es de noche.— Respondió Masky sacando una libreta de su mochila y marcando el territorio recorrido y anotando lo que han encontrado, claros, cuevas, zonas de alto peligro, entre otros.

Ambos conversaban tranquilos hasta que se escuchó un sollozo lejano.

—¿Escuchaste?— Hoodie se puso de pie tratando de identificar el sonido.

—¿Escuchar qué?— Masky se alarmó un poco, era terreno desconocido, estaban demasiado adentrados en el bosque por lo que era casi imposible que un humano ande vagando por aquellos rumbos así que prestaron atención guardando silencio.

El sollozo se hizo nuevamente presente al otro lado del claro entre los primeros árboles. Los proxys se miraron mutuamente, sacaron sus armas y comenzaron a caminar hacia el lugar del cual provenían dichos sollozos que se volvían llantos de un niño.

Lograron acercarse lo suficiente para ocultarse detrás de un árbol y observar la escena. Un niño de aproximadamente 7 años comiendo restos de un humano de tal vez 18 años de edad.

Mientras el niño comía lloraba pidiendo perdón. Masky y Hoodie notaban la condición del niño y sin saber que hacer decidieron tomarlo para llevarlo con el operador y así obtener ordenes de qué hacer con el niño, pero para capturarlo debían actuar amables solo hasta acercarse lo suficiente para atraparlo.

Masky se asomo cauteloso detrás del árbol saliendo lentamente para no asustar al joven.

—¿Estas bien?— Preguntó sin moverse de su lugar, el niño se giro asustado para levantarse y poner un pie atrás suyo listo para correr si la situación lo ameritaba.

—Estamos aquí para ayudarte.— Salió Hoodie al otro lado del árbol, el niño miró atrás de él analizando sus opciones. Si corría adentrándose jamás lo encontrarían, por otro lado tiene la opción de confiar en dos personas que no parecen querer hacerle daño.

El niño estaba demasiado asustado como para pensar razonablemente, lleno de sangre seca y un mal olor por lo que corrió como pudo hacia Hoodie llorando a cantaros, una de sus piernas estaba severamente lastimada.

—¡No quería comerlo, no tuve opción!— Gritaba con el remordimiento sobre él, Masky observó la herida del chico pensando en una posible infección pero hasta no saber qué harán con él no puede darse el lujo de gastar elementos de su botiquín de primeros auxilios en un niño que probablemente matarían más tarde.

—¿Qué te parece si nos cuentas de regreso a casa?— Decía Hoodie tomando al chico en brazos para emprender su viaje de regreso, así que el chico comenzó a narrar lo sucedido.

Mamá y papá siempre me habían dicho que no escuchara lo que mi hermano mayor me platicaba porque mi hermano estaba enfermo de su cabeza y a veces decía muchas mentiras.
Hace algunos días en la noche mi hermano entro bruscamente en mi habitación y yo me asuste, estaba lleno de sangre y tenía heridas, me cargo, me subió al auto junto a él, comenzó a conducir alterado al grado en que en varias ocasiones casi chocamos hasta que perdió el control. Terminamos estampados contra un árbol.
Tenía hambre, sueño y mi hermano me saco del auto para llevarme a tirones por el bosque diciendo que nuestros padres no volverían a hacernos daño, pero ellos nunca lo hicieron.
Esa noche debido a las heridas de mi hermano su olor atrajo a... A... Tres coyotes y nos atacaron, mordieron mi pierna y mi hermano logró ahuyentarlos terminando más herido, me pidió que si tenía hambre me lo comiera, murió desangrado.
No quería pero tenía sueño, hambre, frío, quería volver a casa pero tenía miedo, estuve sobre un árbol esa noche y la siguiente, parte del día para que los animales no me atacaran y cuando se iban bajaba a comer un poco hasta que ustedes llegaron.”

Narro el chico con un tono cansado, estaba exhausto por lo que quedó dormido.

—Para ser un niño soporto bien la situación.— Hablo en bajo el de máscara blanca.

—¿Crees que sea de utilidad si el operador decide quedarse con él?— Murmuró aquel de expresión triste observando a su contrario el cual elevo sus hombros dejando en claro que no tenía la más mínima idea.

“Todo puede pasar.”

¿Quién es quién?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora