Capítulo 5

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Cuando ambos proxys salieron de aquel lugar bajaron las escaleras conversando un poco cuando el niño de una manera un poco insistente se acerco a ellos colocándose al frente, ambos adultos observaron a éste detenidamente.

—Tal vez tengan hambre y les prepare un poco de frutas cortadas en cubitos.— Los adultos se miraron entre sí para devolver la mirada al infante que se encontraba sonriendo tal y como lo hace Nameless, Masky caminó al comedor mientras Hoodie elevo su mano en un leve gesto de agradecimiento. Entre Masky y Hoodie, Hoodie era el que de alguna manera se llevaba mejor con los que se presentaban en aquel lugar por su parte Masky es más retraído y a duras penas confía o le hablaba a Nameless que ha estado con ellos desde hace ya poco más de 4 años.

Nameless se trato de acercar al niño para felicitarlo cuando fue sometido en un instante teniendo un cuchillo en su cuello, estaba inmóvil mientras el niño observó la situación sin saber como reaccionar.

–¿Mi habitación esta lista?– Esa voz que le causo un escalofrío era reconocible en cualquier lado.

—Estas ensuciando mi ropa de sangre.— Se limitó a responder Nameless cuando fue liberado, al darse la vuelta Jeff le entrego su cuchillo.

—Le hace falta filo, haz tu magia.— Soltó una risa a la par de Nameless, al parecer uno entendía el humor del otro lo suficiente para llevarse bien y  eso era bueno ya que Jeff al ser un adolescente casi adulto de aproximadamente 18 años era insoportable para los otros por sus chistes y/o actitud egocéntrica, en ocasiones inmadura e intolerable.

Nameless nunca baja la guardia con Jeff debido a que sabe de lo que es capaz y ya ha tenido encuentros con él en un estado psicótico, ha sido herido de gravedad y se ha salvado de muchas, Jeff nunca le ha pedido disculpas he inclusive lo culpa por estar ahí en el momento equivocado, en ocasiones aprovecha esto para jugarle bromas muy pesadas a Nameless, lo asusta, golpea, abusa de él de manera notoria y así satisface un poco su necesidad de humor del “sano”.

Jeff tomó a Nameless del cuello para ir apretando con fuerza, un juego brusco que solo Nameless tolera sin terminar en una pelea a muerte con aquel asesino.

Debido al tratado de paz y el “buen servicio” Jeff se comporta al menos un poco decente, las cosas son totalmente diferentes fuera de aquel lugar y es ahí cuando todos deben temer por su propio bienestar.

—Auch, ve a tu habitación prepararé la cena.— Jeff lo soltó y camino con la cabeza en alto como si el rey de la casa hubiese llegado, Nameless miró al pequeño para acercarse y tomarlo en sus brazos a duras penas y de reojo notó las miradas de los proxys pero había algo más, una mirada a la cual no estaba acostumbrado por lo que bajó al niño y se acerco a los proxys.

—¿Sienten eso?— Nameless actuaba serio, una actitud extraña por su parte, los proxys lo miraron con indiferencia.

—Algo nos observa.— Habló siendo replicado casi al instante por Masky, que no le suele dirigir la palabra.

—¿Estas seguro?— Fue en ese momento que aquello quitó su mirada de encima y Nameless se dio cuenta.

—Disfruten su aperitivo.— Su mirada no se retiraba del segundo piso entre las habitación al tiempo que caminaba a la cocina, fue entonces cuando el niño le jalo de la ropa haciendo que su contrario lo mirara para darle una agradable sonrisa.

—Vamos a preparar algo para Jeff.— Nameless comenzó a mostrarle un poco de cómo preparar la comida, sabía que debía preparar más de la cuenta debido a que en ocasiones a los huéspedes les gusta llegar casi al mismo tiempo en caso de que dos enemigos se vean (Jane y Jeff por ejemplo) cada uno toma su comida y se retira a su habitación para evitar problemas.

Cuando terminó le pidió al niño limpiar un poco la cocina y acomodar mientras iba un momento a su habitación, el niño obedeció.

El joven entro en su habitación abatido por sus sentimientos que le causaba estar en convivencia constante con aquellos seres, no lo soportaba pero no podía hacer nada sólo quería irse y formar una vida normal e inclusive llevarse al niño con él, su habitación oscura y fresca lo ayudaban a relajarse, comenzaba a sentir cansancio por lo que saco de debajo de su cama un par de drogas las cuales inyecto en su brazo.

El sujeto se había vuelto dependiente de las sustancias y estas le ayudaban a dormir menos para ser más efectivo en las actividades que realizaba en aquel lugar explotando así su cuerpo y mente al máximo.

Al salir de la habitación se encontró con Helen (Bloody Painter) el cual iba camino a la cocina.

—Nameless, ahora que te veo ¿podrías preparar un aperitivo?— Nameless lo observó detenidamente las drogas estaban haciendo su efecto y le costaba un poco reaccionar limitándose a asentir.

—Después iré de compras necesito nuevo material.— Helen notó la actitud de su contrario desconfiando un poco de él al menos en ese momento, Nameless siempre fue atento y ayudaba a Helen en todo desde que lo conoció se podría decir que trato de formar una amistad con él pero Helen no ponía mucho de su parte al menos formulaban conversaciones interesantes y Bloody no se sentía tan solo cuando no estaba The puppeter u Judge.

Namaless se sentía extraño, el efecto era nuevo así que miro a Helen a los ojos y entro de golpe en la habitación encerrándose.

Claramente esto le extraño al joven de cabello negro, pues su contrario acataba ordenes realizándolas casi al instante ¿qué era diferente ahora?

—No vale la pena seguir oculto cuando ya te han visto, ¿no lo crees?— Sonó una voz femenina algo gruesa entre los rincones de la fría y oscura habitación, el joven buscaba desesperadamente la fuente del sonido acelerando su corazón a cada segundo que pasaba cuando escucho el chistar de alguien debajo de su cama.

—¡Pst! Por aquí.— Se escuchó en un susurro alto y el joven giro su cabeza lentamente, el sudor en frío le recorría claramente en mayor cantidad y su respiración, ni hablar.

—Mami me llama Kreji.— El rostro de aquella chica junto a la posición errónea de sus extremidades hizo al chico levantarse del suelo, abrir la puerta y salir corriendo fracasando en el intento debido a que algo le sostuvo del pie para después arrastrarlo de regreso.

“¡AYUDA!”

¿Quién es quién?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora