Poesía a Orión

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Las palabras se las lleva el viento, los amores son pasajeros, pero los hechos plasmados a través de la prosa perduran en el tiempo. Así es como voy a guardar la serie de Fibonacci de hechos compartidos con olor a humo y a café.

Partió como una estrella fugaz hacia el cinturón de Orión en la mañana del primer mes. Hambrienta de vivir y ser vivida, de buscar y encontrar, conducida hacia el flagelo de preguntas que buscan respuesta, dulce, inquietante y tierna como siempre. Incapaz de satisfacerse con lo que sus marrones ojos ven y sus elementos ergonómicos tocan.

Ambos tan juntos, pero tan distantes, en una dicotomía que en mí avivan una carencia aguda por encontrar a alguien que me hiciera sentir normal. Pues al final de todo soy como cualquier hombre que vive enamorado de su inalterable realidad. Sin duda alguna una atracción literaria nos empujaba a compartir quizás por amistad, por simple coincidencia de destinos sin rumbo o por un amor poético que moría desde antes de haber nacido. Pero así es la vida de quien escoge por camino las letras, tal cual, puro y duro.

Es un largo camino el que nos separa en un tiempo que avanza como el fuego en verano. Con la complicidad de un juramento que no existió, un compromiso que a la distancia promete palpar acerca de la vida del otro por medio de la poesía y el relato. Esos son los lazos que quedan del amor a mate y tinto.

Sin embargo, esta realidad de existencia llamada vida resulta ser por el simple hecho de compartir el placer por las letras. Una escueta intuición a la que no conviene ponerle monosílabos, sobre todo ahora que buscas nuevos horizontes. En el momento de la despedida ambos representan la misma persona que busca en un papel expresar los más sinceros sentimientos. La fracción que se queda y la fracción que se va, entre dos almas que sin tener la culpa se han cruzado para compartir un océano de promesas prosaicas.

Espero encuentres tus respuestas en ese río de conocimiento donde el paladar se oxida por el vino de la Rioja. Al final del camino quedará un mar de sueños que te ahogan, con el anhelo que no sea borrado el mapa que te trae hasta este puerto dejándolo a la suerte de hojas sin letras tatuadas. Confía siempre en tus recuerdos, conserva tu historia permitiendo que te arrastre por corrientes de realidades conexas que, aunque pretenden ignorar su destino te arrojan hacia mi océano paralelo.

Buen viaje!

Literinge

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