Epitafio

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Tiene este título pues más que una carta es realmente un hasta luego, evidentemente lo último, pero realmente así es la vida, cada día que pasa morimos un poco y todo merece una despedida.

Todos los días nos despertamos, miramos al cielo al tiempo que firmamos el mismo acuerdo de confidencialidad bajo las mismas condiciones. Todos los días algo pasa, algunas cosas buenas otras mejores. Realmente lo importante no es el hecho, no tiene mucho sentido en pensar en lo que acontece pues lo verdaderamente importante es lo que haces con lo que pasa.

Pensando mucho en lo que ha sucedido en estos meses, para ser honesto, a veces ha sido doloroso, a veces incierto, en ciertos momentos emocionante, esclarecedor, confuso, pero la única constante es que ha sido imprescindible. En el último suspiro de lo que sea haya sucedido, claro está en mi memoria que no ha pasado un solo día en que no escuche tú voz en mi cabeza, diciéndome que pase lo que pase no te deje ir.

Muchas veces te he dicho que eres lo último en lo que pienso antes de dormir, y lo primero que tengo en la mente al despertar. Pero al decirte esto, ¿cambiarían las cosas? Siempre pensé en cuál sería la respuesta, para tratar de hacerte admitir lo que sientes por mí.

Ahora bien, aunque ese futuro parece imposible te recordaré que mi posibilidad quizás estuvo a un beso de distancia de la realidad. En esta realidad apocalíptica te extrañaré como nunca había extrañado a alguien en mi vida, y solo queda el establecimiento de interrogantes para poder trascender. Qué debo hacer? qué reglas debo seguir? Será que puedo estar en dos lugares al mismo tiempo desafiando las leyes de la física? Para eso no hay reglas.

Sin embargo, quizás lo que lo hace difícil es que hace un largo tiempo no había encontrado quien se ocupara a un nivel tan profundo de mí. Con la vista puesta en el horizonte solo sé que no podré olvidar nuestro universo paralelo, ese pequeño espacio que existe entre nosotros y nuestras realidades, un lugar que es y siempre será nuestro.

Es importante mencionar que las cosas cambian muy rápido, como las nubes con el viento. Engañado estuve al pensar que el amor lo conquista todo, validado ha quedado. Y en la sucesión de hechos improbables muchas realidades no van a quedar aisladas. Compartir la cotidianidad te hace familiar y conocer a alguien nuevo trae consigo hechos cambiantes que vale la pena defender, pues eso te libera de lo convencional y pasa al plano de lo inesperado. Más aún, en el territorio de lo inesperado es posible encontrar nuevas posibilidades, en lo desconocido es imposible no hallar esperanza.

Las diferencias entre nosotros, con las fuerzas que nos tratan de dividir, nunca serán tan fuertes como los hechos que en algún momento nos unieron. Y partiendo de la premisa que en la actualidad las relaciones humanas se basan en la idea que los sentimientos no son tan importantes como la razón, que los sentimientos son débiles, infantiles, irresponsables, peligrosos, pueden llevar a la incongruencia de ignorarlos, controlarlos y hasta negarlos. Esto es quizás porque mucha gente no conoce su verdadero valor, y mucho menos saben de dónde vienen. Pero los sentimientos son importantes y vienen en una gama amplia de sabores, colores, tamaños, a veces son pequeños, a veces grandes. Si tenemos suerte un sentimiento llegará y lo cambiará todo. Ese sentimiento se apoderó de mí hace unos meses, y este perdura incluso ahora que me alejo. Pero me voy confiando en ese sentimiento más que nada en el mundo.

Esto me lleva a una conclusión importante, a un cliché. Nada es permanente en la vida y estoy seguro este sentimiento se irá perdiendo en el tiempo como lo hace un punto al final de un párrafo. Y justamente en estos días he aprendido que las cosas cambian, la gente cambia. Confesando que de algún modo esto me hace feliz, me emociona saber que fuiste un elemento de cambio.

Seguiré en esta vida que no es más que una novela que escribimos a diario, tal como esta despedida, y en un futuro recordaré con añoranza los tiempos en que te conocí y me hiciste feliz. Recordaré este hecho palpable porque este sentimiento es el único lugar donde sentí nuevamente el amor.

Sin embargo, a lo largo de las charlas y viajes con retorno a través de mensajes similares a este, de manera atrevida llego al siguiente diagnóstico. Porque creo que te pasa algo similar de lo que me sucede a mí entre mi voz y mis letras. Da la impresión que tus palabras dicen algo, tus mensajes y tus ojos otra cosa. Por lo que irresponsablemente me atrevo a decir que quedo con la duda de si estás haciendo lo que realmente deseas o estás haciendo lo que es correcto.

Literinge

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