↝Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ₃

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La rubia se encontraba lista para ir al Instituto. Con sus dos coletas bajas, su ropa consistía en una falda celeste con bordes azules oscuros de unos cuatro dedos arriba de la rodilla, una camisa blanca remangada hasta los codos y una corbata femenina. Y aunque no se notase, ligeramente maquillada.

Perfecta.》

Pensó por sus adentros la joven rubia de ojos celestes, mientras tomaba su bolso que, dentro de ésta, estaban sus útiles escolares; carpetas de las materias, lapiceras y otros útiles para escribir o corregir, y alguna que otra cosa diferente.

¿Ya te irás a la escuela? . Preguntó una voz suave detrás de ella, giró sobre sus talones para ver que era su adorada abuela. Asintió ante la pregunta de la susodicha. ¿No piensas llevar dinero para el almuerzo? .

La chica observó lo que la anciana traía en sus manos, era el dinero que necesitaría para pagar lo que comería en el receso.

Sonriente la ojisceleste tomó lo que tenía la mujer, le dio un beso de despedida y salió del gran recinto. En el camino su celular le hizo escuchar una melodía que le daba a entender que alguien la estaba llamando.
Sacó de su bolso el aparato, leyó el nombre de la persona que la llamaba y, con una sonrisa, atendió el llamado.

¿Si, Momoko? . Preguntó la chica mientras se dirigía a la institución en la que estudiaba.

¿Estás yendo al Instituto? . Preguntó una voz femenina desde el otro lado de la línea.

¿Si, por qué la pregunta? . Respondió la rubia, ahora viendo a ambos lados de la calle antes de cruzar.

Estoy en el parque cerca del Instituto, quedan 20min para que comienzan las clases, ¿puedes venir y hacerme compañía mientras? .

Claro, ¿pero qué haces ahí? . Le preguntó.

Luego te explico, te veo en unos minutos. .

No hacía falta decir más, que la rubia colgó la llamada y ahora cambió su rumbo de el Instituto a el parque cerca de allí.

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Tontita . Le dijo graciosa la de dos coletas bajas.

¿Ups? Sucede que no le había dicho nada a mi mamá y por eso es que no me dijo nada... . Terminó por explicar la joven pelirroja.

¿Y ya has desayunado? . Le preguntó ahora sacando su sonrisa.

Si, no te preocupes. Parece que mamá ha sido muy buena conmigo hoy. . Le dijo mientras sonreía feliz la ojirosa.

¿Por qué lo dices? . Preguntó dudosa la rubia.

Me ha dado más almuerzo de lo normal, por lo que también tengo para el almuerzo del receso. . Respondió la de coleta atada en un singular moño rojo.

Y así estuvieron platicando hasta que se percataron de que ya debian de ir a la entrada de la institución o de lo contrario quedarían afuera del mismo. Allí eran muy exigentes con los horarios, por lo que si no entrabas a la hora acordada al bloque, te dejarán afuera aún si tienes una de las mejores excusas del mundo.

Delante de la entrada, se encontraron con su amiga azabache de ojos esmeraldas. La chica se encontraba apoyada en las rejas de la Institución, con los brazos cruzados esperando a sus dos mejores amigas.

Qué rayos... . La ojiverde miró a sus dos amigas acercándose desde un punto en el que jamás venían. Ellas llegaban por la calle con más tráfico, pero ahora se encontraban acercándose desde el lado contrario.

Lamentamos la tardanza, Kaoru. . Se disculpó la rubia.

¡Holi! ¿Cómo estás Kaoru? . Preguntó alegre la de ojos rosados.

Pues, confundida de que llegarán del lado del parque y no de el del tráfico. . Respondió la ojiverde señalando la última calle mencionada.

Pues Momoko llegó antes de la hora de entrada, y pues yo le hice compañía para que no esté sola. . Le informó la aspirante a modista.

Luego entraron al lugar donde realizaban sus estudios. Estaban concentradas en las palabras de su profesor, pues en dos semanas darían un examen con respecto al tema, y ese profesor sólo dice las cosas una sola vez.

Aunque la pelirroja intentará prestar atención a la clase, simplemente no podía. Estaba confundida de encontrarse una vez más con el rubio, aunque este no la haya reconocido como la heroína de Tokio.

Lo que la dejó pensativa no fue volver a ver al ojiazul, no. Sino que, luego de verlo estar en el parque por unos segundos, a los instantes llegaron sus dos hermanos. Aunque ella no pudiera escuchar de lo que hablaban, si veía los rostros de el de gorra y el de ojos verdes oscuros, estos parecían enojados diciéndole algo a su hermano rubio. Y este se encontraba con la mirada en el suelo, y si los ojos de la pelirroja no la engañaban, veía que soltaba alguna que otra lágrima.

Así que lo que le había dicho, el chico perteneciente al grupo de los Ruff, a la joven si, si fue totalmente la verdad.

ꨄ︎¿𝓔 𝓷 𝓪 𝓶 𝓸 𝓻 𝓪 𝓭 𝓪  𝓭 𝓮  𝓽 𝓲?· ░░ ✦:˒ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora